"Despertar Junto A Tí"

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CAPÍTULO 6


El sol se ajustaba en la pérdida mirada entrecerrada de Temo empapandoloa en su luz radiante y segadora marcando que el día acababa de comenzar, la noche anterior había sido sin duda la mejor de toda su vida, se había entregado la única persona con la que nunca había tenido miedo de ser quien era y la única persona que hasta entonces había odiado sin razón alguna

Lo único que quedaba en Temo era una inmensa felicidad y la satisfacción de haber podido sentir cómo era capaz de alcanzar el adictivo y tóxico sabor del paraíso junto a su diablillo 

El cansancio aún se hacía presente en su cuerpo así que no quería desenredarse de las sábanas blancas que cubrían la acolchonada recamara que había sido testigo de toda la lujuria expuesta la noche anterior

Se dió la vuelta dando la espalda a la ventana esperando encontrarse con la figura adormecida de Aristóteles pero esta se encontraba ausente y lejos de la visibilidad del menor, lo único que Temo podía notar en ese momento de el mayor era la sudadera gris que su diablillo llevaba puesta la noche anterior la cual se encontraba cubriendo la angelical figura de el joven López 

Temo llegaba a pensar que tal vez Aristóteles se había ido y lo había dejado ahí completamente solo y que probablemente ya nunca volvería a verlo, Aristóteles tenía aquella reputación de solo usar a las chicas para desahogar su veneno y una vez satisfecho habiendo tomado lo que quería no volver nunca más, dejando únicamente una experiencia sexual aún que para nada agradable 

Lejos de torturarse pensando todo eso Cuauhtémoc se levantó de la cama camino al tocador para lavarse la cara, humedecido las palmas de sus manos y frotó suavemente su rostro con agua fría, mientras las palmas de sus manos dejaban de frotar sus pómulos pudo ver la ropa de Aristóteles colgada a un lado de la tina de baño y la tina a medio llenarse 

Aristóteles ya hacía detrás de el pequeño angel en bata observando su figura aún un poco confundida y no tan consciente tras haber despertado recientemente, Temo no noto la presencia del rizado hasta que se rompió el silencio

-Buenos días -Decía Aristóteles con la voz un poco ronca aún que del mismo modo tierno y dulce de siempre

-Oh! Lo siento -Continuó Temo un poco exaltado dándose cuenta que Aristóteles estaba detrás de él -N-no sabía q-que estabas aquí…-Sus nervios se delataban por sí solos a través de su forma de tartamudear

-Pensé en prepararte el desayuno, Y también creí que te gustaría... darte un baño -Miraba directamente a los ojos claros de Cuahutémoc acercándose cada vez más -Si quieres… p-puedo … hacerte compañía

-Eso… me gustaría mucho… bueno solo si tú quieres -Sin pensarlo los brazos de Temo se sujetaban de los hombros de Aristóteles y su labios se colocaban sobre los del opuesto

Siguiendo la acción de Temo Aristóteles sujeto a su pequeño angel de la cintura para después despojarlo del suéter, y así mismo Temo deshacía el nudo de aquella bata blanca que se amoldaba a su cuerpo a la perfección, completamente expuestos Aristóteles cargo a su amado para después introducirse en la tina burbujeante con el cuerpo de aquel bello castaño entre sus brazos

La dulce fragancia de pétalos rosas y menta  inundaba por completo el cuarto de baño de el hotel, dicha aroma estaba en la espuma que los cubría a ambos cuando comenzaban a jugar uno con el otro dentro de la tina de porcelana 

Mientras ambos se acariciaban las manos de el mayor intentaban jugar con las torneadas posaderas de el menor a lo cual una mueca de disgusto se hizo presente

-Te lastime? Perdona n-no seguiré si no quieres…

-Sigo un poco adolorido, creo que .. ahora no -Como todo un caballero Aristóteles respeto el malestar de su pequeño para después despedirse con un beso en la frente y dirigirse a la cocina solo diciendo "No tardes mucho" suponiendo que el desayuno estaba listo

I Don't Want Heaven -ARISTEMO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora