Gelosia

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<<Se la gelosia è un segno di amore, è come la febbre nell'uomo malato, che averlo è un segno di avere la vita, ma una vita malata e mal disposta>>

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— Está allí...- Irene señaló una puerta que no estaba tan lejos de ellas.

Jennie asintió levemente y emprendió camino hasta la habitación de la que yacía dormida entre sus brazos.

Irene se quedó allí, mirando en silencio como su aprendiz andaba con Rosé en brazos, seria. Por algún motivo en especial a Irene no le gustaba ese acercamiento entre Jennie y Rosé, pensaba que si Jennie le cogía demasiado cariño a su compañera de piso, esta la iba a distraer de su principal trabajo, y no quería que eso pasara, porque Irene estaba allí para hacer que fuera la más grande, ser su instructora y que triunfe.

Cuando su aprendiz salió de la habitación de Rosé, Irene volvió en sí y decidió abrir la boca.
—¿Te enseño tu habitación?- dijo, especialmente seria.
—Sí, por favor... Tengo mucho sueño- la más pequeña se frotó los ojos.
Con ese acto Irene no pudo evitar sonreír, a su parecer Jennie era un bebé y cuando hacía ese tipo de actos la más mayor moría de amor.

Subieron las escaleras y en cuanto Jennie ya se estaba acomodando en su nueva habitación Irene ya yacía tumbada en su cama, muchas preguntas rondaban por su mente.

¿De verdad lo estaba haciendo bien?

¿Y si no es lo suficientemente buena como para instruir a alguien con tanto talento?

¿Y si por su culpa Jennie no podía llegar a lo más alto?

¿Por qué se sentía así con respecto a Jennie y Rosé?

La negatividad estaba rebosando en su mente, cosa que no le pasaba desde hace mucho tiempo. Jennie la había revolucionado psíquicamente.

Su aprendiz siempre estaba en su mente, bien fuera para temas de trabajo como para temas personales.
Cada vez sentía más impotencia y eso no le gustaba. Kim Jennie había conseguido ablandar a la fría y calculadora Bae Joo Hyun, y eso no le gustaba.

Irene miró el reloj, el cual marcaba las 6:15 a.m... ¿Acaso fue tan imbécil como para haber despreciado una preciada noche de sueño por su aprendiz? Sí, lo ha sido.
No le quedaba otra opción, bajó las escaleras y procedió a hacerse un café. Esta vez solo, necesitaba mucha cafeína para soportar el día.

Un rato después escuchó voces, cosa que le extrañó bastante.
¿Qué hacían despiertas tan temprano? Y encima estaban hablando.
No fue se su agrado la imagen que presenció al entrar en la habitación de dónde procedían las voces.

Su compañera de piso estaba agarrándole de las manos a Jennie, sonriendo y contándole algo a lo que no le prestó atención, ya que el rostro sonrojado de su aprendiz era el centro de su atención.
¿Por qué estaba sonrojada?

Irene carraspeó, haciendo que la atención de las dos estuviera sobre ella.
—Oh, buenos días...- su compañera de piso se atrevió a hablar y le dedicó una sonrisa sincera.
—Buenos días... En un rato estará el desayuno- Irene, sin cambiar su rostro serio se fue de la habitación dando un portazo.

¿Por qué se estaba comportando así?
Ella no solía ser así, a ella le daba igual todo. Ahora mismo no quería ir ni ver a nadie, quería estar sola, pero antes debía preparar el desayuno.
Y así lo hizo, en cuanto terminó se encerró en su habitación y sin aguantarlo más, se echó a llorar.

Debía saber que le pasaba, por qué estaba actuando así, por qué le importaba tanto que Jennie pasase tanto tiempo con su amiga Rosé, no debía importarle, Jennie no significaba nada para ella, o eso quería creer...

Después de horas y horas de llanto silencioso se dispuso a hacer lo que mejor se le daba, hacer ropa, mucha ropa. Cuando tus emociones están al cien por cien, los bocetos salen solos, la máquina de coser va más rápido y las prendas lucen más bonitas. Toda esta situación no iba a ser todo malo para Irene, ¿no?. Debía aprovecharlo como mejor sabe.

Cuando ya varias prendas habían sido terminadas y planchadas se dió cuenta de algo, un dato importante. Debía hacerse cargo de Jennie... Se le había pasado por completo, ella tenía que cuidar a la aprendiz, llevarla con los mejores diseñadores, hacer que se diera a conocer y que ganase fama, que fuera tan famosa y rica como ella...

Sin pensárselo dos veces bajó corriendo las escaleras.
— Jennie, siento la tardanza... Pero ya estoy lista, vamos a visitar a Valentino... Y luego iremos a un desfile de moda... - en cuanto bajó a la cocina, los platos estaban vacíos y en el lavavajillas.
Una nota yacía en la encimera de la cocina, Irene la cogió y leyó:

<<Jennie y yo hemos ido a la Gelateria de la Palma para conocernos mejor, supongo que le darás el día libre ^^, también le haré un tour para que conozca mejor la ciudad, volveremos a la noche, cuidaré de ella
Rosé~            >>

Y eso fue el colmo de los colmos para Irene.
¿Quién se creía ella para irse con Jennie, y encima quitársela por un día entero?
Subió a su habitación y siguió con su labor, necesitaba olvidarse de esa nota y de la situación en general...
Pasar un día  sin Jennie hacia que se sintiera vacía, esa muchacha había hecho que su vida estuviera más completa y eso no le gustaba nada...

Había tomado una decisión, iría a hablar con su amiga de confianza, una que sabe que nunca en la vida le fallará. Lo malo es que hoy en dia ella está viviendo en Vernazza, un pueblo precioso que está a 4 horas en coche de Venecia... Pero era un riesgo que la artista podía asumir.
Necesitaba hablar con ella, relajarse en la playa y tener un fin de semana de relax. Pero eso conllevaría a que Jennie y Rosé pasarán más tiempo juntas...
¿A quien le importa? Lo primero es lo primero, y eso es hacerse una desintoxicación mental. Se olvidaría de Jennie...

...

AAAAA ya estoy de vuelta! ❤️ De verdad que lo siento por tardar tanto, desde este momento haré mi mayor esfuerzo para hacer un fic precioso, intentaré actualizar 1 o 2 veces al mes, he vuelto y con más ganas que nunca!

Os quiere,
Autora ♡~


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⏰ Última actualización: Oct 20, 2019 ⏰

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