"Este tipo de bloqueos emocionales suelen ocurrir porque tenemos algunos episodios dolorosos que nublan nuestra mente, no es buena idea que queramos superar nuestros temores de un día para otro. Los conflictos emocionales pueden tardar algunos días, semanas e incluso meses en ir cicatrizando.
Forzarse a relacionarse con los demás de un modo íntimo no es una buena idea si aun estamos devastados emocionalmente.
No te agobies por algo que el tiempo poco a poco irá solucionando.
Pero una vez que se haya producido la recuperación significativa en las primeras semanas hay que salir de la zona de confort y admitir que superar esos temores irracionales exigirá de nosotros algo más que buenas intenciones: hace falta acción”
Nada podía ser estresante que ese cuarto paso, debía esperar algunas semanas pero algo de lo que hacía rindiera frutos, además de que poco a poco le iban dando la razón, después de todo decían que esos temores eran irracionales y por ende estúpidos.
Pero aun había algo que lo quedaba claro, como es que el tenia, aun de manera supuesta, filofobia.
No había tenido ningún tipo de decepción amorosa, es mas Christopher era la primera persona con la que intentaba algo, era la primera persona de quien se enamoraba por lo que no le encontraba sentido a nada de eso.
Entonces una repentina oleada de valor le invadió.
¿Miedo?
El no sentía miedo.
Por lo que no tenía nada que enfrentar.
No tenía nada que expresar.
Solo debía dar el paso necesario para salir de aquel miedo.
Sabía que Chris le gustaba, sabía que se había enamorado, solo debía aceptarlo y mejor si era en voz alta, muy alta.
Así que lleno de aquella nueva confianza fue en busca del chico de cabello castaño y le demostraría al mundo entero que esa llamada filofobia no era nada más que un estúpido miedo abstracto.
Esta vez cuando lo vio no hubo la presión en el pecho, sus pies seguían firmas y caminando hacia la frente sin tener la intención de darse vuelta y correr en sentido contrario.
-Chris- le llamó.
Apenas el castaño se dio la vuelta termino sorprendido de que Joel le estuviera besando.
Esta vez Joel sintió un revoltijo de emociones que hacia brincar a su corazón, también quería huir, pero ese sentimiento cada vez era más opacado por aquella emoción de saberse correspondido.
¿Filofobia?
Joel sabía que tenía razón, ese miedo era muy absurdo.