Dia 4: Sexo en Traje de baño

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Confieso... esto fue un reto, me encantó.

Díganme que sí cumplí con el requisito.


*-*-*-*

Sol, agua y arena. Esa es la idea de una playa, un lugar donde el clima es cálido, el sol es abrumador y la brisa es totalmente refrescante. Es decir, es una playa, el sol si caliente, así como el agua refresca.

Así es el mar, y así es el lugar donde cuatro jóvenes han decidido descansar un rato. Vacaciones dijo Narancia, un sitio relajante diría Trish, un lugar tranquilo pensaría Fugo. Una playa dice Bucciarati.

-¿No quieres almorzar con nosotros?- hablo Fugo a la habitación de su amigo, y él sonrió.

-No gracias. Vayan ustedes- le respondió, a la vez que se despidió y colgó el teléfono.

Volvió la vista al interior de la habitación y todo estaba totalmente ordenado, no podía negarlo era una característica del hotel y claramente podía recordar la voz de Abbacchio diciéndole "Un día de estos te llevare a vivir conmigo, o al menos un día para que limpies mi casa".

Bucciarati volvió la vista a la ventana y camino hacia el balcón de su habitación para mirar el paisaje afuera. El día esta vez, el clima parecía darle un descanso total al sol, que notaba como las nubes parecían dominar el cielo y bien, el joven si buscaba vestir sus lentes, ahora parecía que quedarían guardados en el buro de su cama. Sin embargo, no evito pensar que el clima estaba algo extraño, es decir, el día se estaba nublando y bien por lo general los días así tienen a ser frescos, con el aire frío y el olor a humedad, pero pasaba lo contrario.

Si, se podía sentir el olor al agua, aunque la gente dijera que el agua no tenía olor. Pero el aire frío, y la brisa del mar parecían haberse calmado totalmente que parecía que el día empezaba a sentirse algo incómodo que hacía pensar a Bucciarati, que pasaría el día nublado en la habitación, con todo la habitación cerrada y el aire acondicionado.

Pero Bucciarati... él no quería estar encerrado y un par de pisos bajo su balcón, encontró un lugar perfecto para ir a refrescarse en un día nublado. Tenía playa, sí, pero miro bajo el hotel privado, una pequeña alberca.

Así que, si sus amigos fueron a comer, sabrá a cuál restaurante, ya que no entendió el nombre que había dado Narancia. Tal vez Bucciarati podía pedir el favor de que la piscina de la planta baja, estuviera algo privatizada. Volvió adentro, tomo una toalla, cambio de ropa y salió fuera de su habitación, hacia el pequeño lugar que pensó apartar para él.

Uno, dos... Dejo de contar los pisos y camino. Dejo sus cosas en la silla tan pronto llego a la pequeña piscina y miro a su alrededor, la gente parecía que al pensar que llovería no quiso salir a la piscina y eso simplemente le pareció estupendo, aun así, dio su indicación. Se quitó la camisa, y camino hacia la orilla de la piscina, pensó entrar por la escalera, pero al final se rió y se aventó en ligero clavado al agua, a la vez que le refresco.

Se hundió bajo el agua. Sintió la brisa fresca y rápidamente se pudo relajar mientras el agua le ayudo a flotar en ella y salía a la superficie en busca de aire, limpiándose el rostro quitando el cabello de su frente. En un instante pudo relajarse, en menos de un segundo se había refrescado y ahora estaba nadando de un lado a otro.

Se desconectó del mundo totalmente y le agrado. Esa sensación de poner la mente en blanco mientras nadaba de un lado a otro de la piscina, agitaba los brazos contra el agua y a la vez que trataba de hundirse, bajo ella y nadar para después salir a la superficie y tomar más aire para seguir nadando

-¿Joven Bucciarati?- murmuro y él se limpió el rostro de nuevo -¿Señor?- repitió y le miro

-¿Si?-

BruAbbaWeek LATE NSFW 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora