El jardín del sepulcro

En el árbol de mi patio trasero yace mi tío

-matate weon- le dice mi padre.

-lo haré, ahí van a estar contento los conchesumare- lloriquear mi tío - me colgare de ese árbol en el patio-

-si lo vas a hacer en el patio, no me manches la caga de bicicleta, por fa - replica otro tío

-es lo mejor weon- refunfuña el anciano de mi abuelo

Yo miro tranquilo, con una sombría sonrisa a mi tío, al mayor de cinco hermanos, al que vive embriagado, lloriqueando sobre su vida desgraciada, de como es un esclavo que evita que la casa sea un chiquero.

Yo miro a mi alrededor y observo el jodido chiquero y no entiendo de que mierda habla el puto borracho.

Tan solo ayer suplicaba por salir de su cuarto, apenas llego de las compras con mi padre veo que la puerta de su habitación esta amarrada desde afuera con un cable. Yo fui el primero en llegar y mire por unos instantes la puerta, el lamento era aberrante pero ni una pizca de culpa estremeció ni el mas mínimo cabello de mi cuerpo.

El segundo en entrar fue precisamente mi padre, que por otro lado es mas clemente que yo

Desata el burdo cable que separa al desgraciado de la "libertad"

-¡Mierda!- exclama el borracho - la puta que los re mil parió

Raudo (a su modo) corre al baño. Quien sabe cuantas horas estuvo esperando, aguantando las ganas para poder orinar.

Tras salir del baño se sujeta firme los testículos, se flexiona hacia delante, contorsiona cada rasgo facial y exclama: -¡Por la re chucha!-

Tal parece que el aguantarse tanto fue más que solo una hazaña, y aun mas considerando su estado.

-¿¡como chucha me pueden tener enserra'o como un animal¡? -

-es la única forma de tenerte tranquilo aweonao, no vengai a hinchar las pelotas- dice mi padre

Los quejidos son fuertes, así como fuerte debe ser el dolor que mi tío siente en vejiga, pene y bolas.

Y yo no puedo evitar reírme por  dentro, mientas lo veo, es que ¿como no hacerlo? Parece un puto mono bailando.

Pero todo acto colma el alma de las personas, así como cada herida termina por llenar  la espalda y piernas del jodido desgraciado de llagas.

No fue mucho después de ese incidente en que tal y como prometió se colgó del árbol del patio trasero.

Se ahorco a falta de soga con las mismas sabanas manchadas con orines y sudor corporal, por el vino y el licor barato con el que ahogaba penas

Fui el primero en verlo, así como fui el primero en ignorarlo en incontables ocasiones. Ahora mi tío yace suspendido en el árbol a la espera de alguien misericordioso que despoje su cuerpo del árbol de mi patio trasero.