Eran las 7:00 de la mañana y no había podido conciliar el sueño en casi toda la noche, sentía los ojos pesados y el cuerpo un tanto cansado. Un poco mareada salí de mi cómoda pieza para ir al baño y darme una ducha antes de que se hiciera más tarde. La escuela no era lejos de mi casa, pero debía recoger a Alex y no quería hacerla esperar tanto tiempo.
Alejando mis pensamientos me metí bajo la regadera dejando relajar mis músculos tensos, sabía lo que me esperaba de vuelta a la escuela y era volver a ver a Sam, la persona con la cual mantuve una relación poco sana unos meses atrás y algo dentro de mi me decía que tendría que lidiar con él y era lo último que me apetecía ese día el cual presentía iba a ser muy largo.
Una vez terminé de ducharme tomé mi toalla y salí un tanto apurada porque sabía que había tardado un buen rato dentro, ya que mis propios pensamientos me consumían de vez en cuando y pensar en Sam me hacía sentir enferma y un tanto alejada de la realidad. Pensar en él y en todas las cosas que pasé es algo que no puedo controlar, porque lo quise, lo quise tanto que duele mucho recordar todo lo que soporté para sentirme un poco amada.
Me miré al espejo y tomé el cepillo de pelo peinándolo un poco para que no se viera tan desastroso como los otros días ya que odiaba peinarlo si solo iba a estar en casa, no tenía a nadie a quien impresionar y sabía que Alex (la única persona que me visitaba) estaba mucho más que acostumbrada a verme de esa manera.
Una vez con el pelo bien arreglado me dirigí a mi cuarto y busqué el uniforme en el ropero, mamá se había encargado de él antes de que acabaran las vacaciones y le agradecía porque sabía que en algún punto olvidaría que debía comprar uno.
Metiendo mis pies en el pantalón gris del uniforme tomé mi celular con mi mano no ocupada para avisarle a Alex que en poco estaría en su casa para recogerla porque no quería que pensara que la había dejado plantada. Mi tiempo para desayunar era escaso, pero no tenía mucha hambre de todos modos así que solo me vestí, tomé mis llaves y salí. En menos de 5 minutos estaba frente a la casa de Alex tocando el claxon para dejarle saber que estaba allí y 2 minutos después alcancé a ver que venía con su mochila colgada en su hombro y con una contagiosa sonrisa en sus labios que al segundo le devolví.
–Buenos días Aury– Dijo dándome un beso en la mejilla y sonriendo al alejarse.
–Buen día Alex, ¿acaso estás emocionada por el primer día de clases? ¿Algo que yo deba saber?– Pregunté arqueando una ceja
–No es nada, solo extrañaba un poco la escuela, un poquito– Dijo haciendo unas señas con sus dedos para indicarme que tan poquito era.
La miré con los ojos entrecerrados y es que no teníamos secretos entre nosotras, pero al ver lo emocionada que estaba y la energía que irradiaba, sin mencionar que se había tomado un tiempo especial para arreglarse porque se veía más linda de lo usual, empecé a creer que había algún chico y seguramente no quería decirme por qué le daría la típica charla de que algunos chicos del instituto solo querían aprovecharse de ella, pero tal vez este era diferente, si había uno claro.
–¿Te sientes preparada?– Preguntó sacándome de mis pensamientos.
La miré de repente porque no me esperaba esa pregunta, pero muy bien sabía a lo que se refería, no hablaba sobre la escuela, hablaba de Sam. La verdad era que no me sentía del todo preparada, pero tarde o temprano tendría que enfrentar una situación como esta y obviamente no podía evadir la escuela para siempre.
–Estaré bien Alex– Exclamé sonriendo.
Y tal vez, solo tal vez lo había dicho para convencerme más a mi que a ella, pero no quería preocuparla, Alex había hecho demasiado por mi en estos últimos años y lo último que quería era volver a involucrarla en asuntos que la lastimaran porque sabía que si algo me afectaba a mi, le afectaba a ella.
Consumida en mis pensamientos apenas y podía escuchar la canción que Alex venía tarareando. Sin darme cuenta ya casi habíamos llegado a la escuela, por suerte el tráfico era ligero, pero no tardaría mucho en ser lo contrario ya que era cuestión días para que los niños ricos volvieran a la escuela en sus autos lujosos porque la mayoría faltaban en la primera semana de clases ya que solo era para introducirse y hablar sobre las vacaciones y para ellos obviamente iba a ser aburrido ya que seguramente no les gustaría escuchar sobre alguien más porque eran tan egoístas que solo pensaban en sí mismos.
5 minutos después de haber llegado al instituto había aparcado mi coche en el estacionamiento especial para los miembros de la escuela. Podía ver un par de estudiantes yendo y viniendo, algunos parecían perdidos y otros parecían saber exactamente hacía dónde ir. Dirigí mi mirada al asiento del pasajero donde se encontraba Alex mirando por la ventana esperando a que yo me bajara y lo hice.–Si no apresuramos el paso llegaremos tarde– Dijo Alex cerrando la puerta del coche suavemente.
–Lo sé, lo siento estoy un poco distraída– La miré mientras me sobaba las sienes con un poco de frustración.Mi corazón empezaba a latir cada vez más rápido acorde más me acercaba a la gran puerta que daba al interior del instituto.
–Escucha Aurora, puedo hablar con el director para pedirle que hable con Sam para que se mantenga alejado si no te sientes cómoda.– Dijo con un tono preocupado. –No necesitas hacerte la fuerte, no delante de mí.
Un nudo se formó en mi garganta y no quería llorar, odiaba llorar porque solo recordar alguno de los horribles momentos que pasé en aquella relación mi pecho se apretujaba, pero estaba segura que estaría bien.
<<Ya lo superé>> me dije a mi misma en mi cabeza.
–Alex, estaré bien, no te preocupes– Hablé para luego darle una sonrisa de boca cerrada. –Sigamos caminando o en verdad si llegaremos tarde– Dije tomándole la mano para salir disparadas corriendo a nuestras respectivas aulas.***
El día iba lento tal y como lo había pensado, algunos alumnos estaban presentándose como cada año luego de vacaciones y otros solo hablaban de cuán divertido había sido su verano. La mayoría de mis clases eran sin Alex y era aburrido ya que los años anteriores estuvimos juntas en casi todas las asignaturas.
Bufé ruidosamente porque mi estómago rugía, tenía hambre. Decidida a ir a comprar algo a la máquina expendedora salí a pasos apurados y justo en ese instante pude ver a la maestra en el marco de la puerta hablando con un chico, al parecer nuevo porque no lo había visto, pero su cara, su cara gritaba inocencia y sus ojos irradiaban pureza, los movimientos que hacía con sus manos eran un tanto torpes y parecía tan nervioso. Mis pies frenaron automáticamente para detenerme a mirar aquel chico, su piel pálida hacia contraste con su pelo negro que caía en una cascada de risos por su frente y orejas, era alto y usaba unos anteojos que le daban un aire a chico inteligente. Una voz lejana me sacó de mis pensamientos intrusivos.
–Aurora, ¿necesitas algo? –Preguntó la maestra mirándome con una ceja enarcada.
–No, digo si, necesito ir al baño –Mentí con mi mirada aún clavada en aquel muchacho de pelo rizado. –Es que no quería interrumpir –Proseguí hablando.
–Si puedes ir Aurora –Dijo la maestra señalando el pasillo.
–Gracias –Dije alejándome, pero aun echando algunos vistazos a donde se encontraba el chico.
Me mentiría a mí misma si me dijera que aquel muchacho no me atrajo de alguna u otra manera. Su cara inocente era preciosa.
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El Nerd
RomansaElla era una chica normal, vida normal y un tanto aburrida hasta que llegó él, toda su vida se vio afectada cuando apareció él. Ella estaba acostumbrada a tenerlo todo, pero con él era muy difícil y eso lo hacía más interesante aún. Ella era una chi...