Capítulo 8 [Cartas sobre la mesa]

658 39 197
                                    

El auto se estaciona frente al navío tras demorarnos una hora más de lo habitual, pudimos regresar antes sino fuese por la intensa lluvia apareciendo en medio del camino. Cole se encarga de avisar sobre aquel contratiempo, asegurando también que no hubo inconvenientes al momento de buscarnos y la dislocación de Luna fue mencionada.

Nos observa un par de segundos a través del espejo retrovisor y después se fija en la ruta, quedándose callado.

— ¿Dónde está el Sensei? — preguntó Cole a mi hermana mientras colocaba su casaca en el perchero.

Nya miró de soslayo a Luna quien permanece en mis brazos, su presencia era desconcertante y al mismo tiempo le causaba curiosidad, pues no conocía el motivo que la trajo aquí.

— En la sala junto con Zane y Lloyd, será mejor que se apresuren — dice procurando no alzar su voz, cerrando cuidadosamente la puerta — yo la voy a curar.

Agregó al final.

— Kai — me llamó antes de irse, se le notaba molesto pero supo mantenerse sereno — anda con Nya, la muchacha tiene que descansar. Nosotros te esperaremos en la sala.

Ordenó, procediendo ha retirarse.

— Que tipo tan serio — describe Luna, intimidada por Cole.

— Hemos sobrevivido a circunstancias peores, no es nada del otro mundo afín de cuentas — comenta el ninja azul.

— ¿Tú crees? — le contesté, exasperado.

No tuve delicadeza al dirigirme a él por tanta presión encima. Aparte del jodido cansancio que se apoderaba de todo mi cuerpo debido a los golpes recibidos, estaba devastado.

Así que fui con mi hermana.

Confiaba plenamente en dejar a Luna al cuidado de Nya, aunque me sentí apenado por pedirle favores a estas alturas.

A medida que avanzaba cada paso se hacía lento e inseguro, no sabía de que manera solucionar este conflicto. Por desgracia el recuerdo de aquella conversación en especifico vino a mi mente, provocando un sentimiento de culpa que deseaba poder deshacer lo más pronto posible al ser consciente del grave error que cometía. Porque era raro tomar a pecho las palabras de ese viejo, intentando persuadirme para que abandone al equipo, con el pretexto de que son ellos una pieza sobrante en mi vida.

Lo más tedioso fue aguantar la parte en dónde afirma que me cuesta trabajo superar no ser el destinado ninja verde. Y pese al esfuerzo que hacía por rechazar semejante acusación, inevitablemente iba dudando.

Entro a la sala principal conteniendo mi ansiedad, necesito relajarme o sería una desventaja.

Me senté al costado de Jay, lo veía nervioso y distraído.

— Excelente, ¿Ahora qué? — susurra, malhumorado.

— Me equivoqué al pedirte que vayas conmigo, debí suponerlo para no tener que escuchar tus reclamos — confieso visiblemente irritado.

Esto no terminó de agradarle a Jay.

— La próxima vez piénsalo dos veces antes de escaparte del navío y entrar a un local clandestino — me reprochó.

— Es de mala educación que murmuren estando estando en una situación así — nos regañó Zane.

— Quizás cierta persona deba aprender a no meterse en problemas — lanza su indirecta.

El maestro del hielo se sorprende por la actitud intolerable de Jay.

— No vamos a señalar culpables, es inútil que hagas eso — opina Cole en desacuerdo con el ninja azul.

Reverse |Ninjago| [cancelado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora