No sabía a dónde me llevaba Takeru, pero aún así le seguí hasta el final. Nos encontrábamos en la orilla del mar, observando como las olas rompían con todo al llegar a esta. Sin pensarlo actué como una niña, poniéndome de cuclillas y dibujando en la arena un corazón con mi nombre dentro. Takeru me miró extraño.
— ¿Sueles hacerlo cada vez que vienes a la playa? —Preguntó mientras soltaba una risilla.
— De vez en cuando no está mal recordar mi infancia. —Le reproché guiñándole el ojo. — ¿Qué haremos aquí? —Pregunté poniéndome de nuevo en pie.
— ¿Ves? —Señaló hacia una pasarela que había, y al final un bote anclado. — Daremos un paseo por el mar. —Finalizó cogiendo me la mano con suavidad, empezando a andar hacia el vehículo.
Claro, Takeru era el Dios del Mar. Recordé.
Me monté en el barco, sentándome al borde para poder tocar mis pies el agua durante el trayecto.
— Perdona me. —Dijo mientras se sentaba a mí lado, mirando el agua cristalina. — No pude detener a Loki. —Aclaró.
— Ah, eso. —Hice memoria. — No tienes por qué preocuparte, fue un accidente. —Solté un suspiro y moví mis manos de un lado hacia otro, nerviosa. Simplemente fue una tontería.
El barco se desvió de su rumbo, chocando con una roca enorme que estaba en un acantilado. Debido al golpe, el bote se movió de un lado hacia otro, causando mi caída.
El agua estaba fría, helada, congelada... Y el golpe que me había llevado de panza no ayudaba para nada. Se inmovilizaron las articulaciones de mi cuerpo, quedándome quieta mientras me hundía y veía la luz de sola cada vez más lejos.
Unos fuertes brazos me agarraron de la cintura. Takeru. Y besó mis labios para darme oxígeno. ¡Sólo era por precaución! ¡Sólo por precaución! Me repetí en mi mente.
Salí a la superficie en sus manos, empezando mi nerviosismo. — G-Gracias... —Cerré los ojos, avergonzada y sonrojada.
— N... No hay de qué... —Desvió su mirada mientras nos subíamos de nuevo al bote, fuera de peligro.
Volvimos y en el trayecto no nos dirigimos ninguna palabra, parece que ambos estábamos pensando en lo mismo: Beso. Extrañamente volví mi cabeza hacia atrás, observándole de reojo, él, mágicamente, se le ocurrió lo mismo, causando un acto reflejo, volviendo nuestras miradas donde estaban antes.
— ¿Q-Querías... Enseñarme a-algo en este viaje? —Pregunté temblando, agarrando fuertemente la manta que me cubría el cuerpo. Como era lógico estaba mojada.
— Solamente quería... Recompensar te y d-divertirte por el mal r-rato que te hizo... P-Pasar Loki... —Explicó llevándose el dedo índice a su mejilla, rascándose levemente.
Al llegar a la orilla y bajarnos nos encontremos con un obstáculo: Hayato. ¿Qué hacía ahí? Parecía estar enfadado con Takeru, y con ganas de pegarle una paliza. De la nada empezó a emitir, de sus manos, unos sonidos que molestaban al Dios del Mar.
— ¿¡Qué haces, Hayato!? ¡Para! —Ordené poniéndome delante de él, agarrando su brazo para que se detuviera.
— No vuelvas a besarla. —Amenazó con una mirada escalofriante, mientras me agarraba de la muñeca, llevándonos a un sitio a parte.
— ¡Para Hayato! —Me solté bruscamente, enojada. — ¡Lo que yo haga no es asunto tuyo! Y si me besó fue para darme oxígeno, ¡me estaba ahogando! —Finalicé volviendo con Takeru, ayudándole a ponerse en pie.
— Kaoru, sólo quiero protegerte. —Se calmó andando hacia mí.
— ¡No te conozco! —Grité frustrada. Empezaba a pensar que estaba loco.
— Kaoru, yo... —Interrumpí.
— ¡Primero vienes aquí como el futuro Dios de la Música, luego como que yo soy tu amiga de toda la vida, y ¿ahora mi guardián!? —Exclamé tocada de los nervios.
— Vale. —Afirmó Hayato mirando al suelo mientras apretaba sus puños. — Ya hablaremos... —Añadió mientras se iba por donde vino. — A solas.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo Con Dioses. | Kamigami No Asobi. |
Fanfiction"¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ellos?" Fueron las primeras preguntas que se me ocurrieron. Aparecí por arte de magia en una especie de isla a través de un portal, y no sé ni qué pinto aquí. Me llamo Fujin Kaoru, tengo el pelo lacio, corto y de color v...