Los poemas de mis pensamientos

Sigo.

Sigo detestando sentirme así, la forma de saber que no te interesa a ti, es la causa de que mi cielo se vuelva gris y lo peor es que la maldita alegría no la puedo fingir.

Estuve esperando demasiado a qué regresarás, matando mis ganas de no verte, para que al final el único resultado que logrará, fue el hecho de que me hagas sentir alguien insuficiente.

Me arrepiento de todo lo que te he dicho, las palabras se me fueron de las manos como un bicho, con ayuda de alcohol, cigarros y por supuesto algún vicio, pero lo más claro es que fue lo más sincero que pudo haber en el juicio.

Me gustaría poder sonreír, saber que todo pasara y podré ser feliz, que mi corazón te dejará de sentir, pero con tan solo verte me vuelvo a derretir.

Malditas sean las ganas que me dicen que te busque, que me trague mi orgullo y que vaya a perderme en tu bosque, ya que nada y ni nadie más me sudece y el olor a tu perfume es por dónde mi nariz más luce.

Derramando lágrimas para alguien que me mata, ¿por qué es tan frágil el amor cuando el otro lo descarta? Quiero pensar que algún día me irá bien por meter la pata, aunque de nuevo sea en tu alma putrefacta.

Alimento mis tristeza con canciones de RAP y melancolía, mi cerebro proyectando ésa imagen tuya sabiendo que aún más la lía, frunciendo el ceño para parecer que no pasó nada, aunque por dentro muera con cada minuto que acaba.

Iré a perderme para poder encontrarme, solo quiero pensar que no es demasiado tarde, no quiero aparentar de que fui solo un cobarde, pero la decepción es suficiente para retirarme.