Al otro día me levanté e hice la misma rutina de siempre para ir al colegio. Cuando subí a mi cuarto para agarrar mi mochila, vi por la ventana que el nuevo vecino se estaba subiendo al auto, tenía puesto un traje que lo hacía ver tan caliente... joder. ¿A dónde irá? ¿De qué trabajará? ¿Tendrá novia? Rápidamente dejé de hacerme esas preguntas que claramente no eran de mi incumbencia.
Sonó el primer timbre de recreo, y fui rápidamente hacia el otro salón donde estaba mi amiga ya que este año dividieron a los chicos en diferentes salones. Le fui a preguntar algunas cosas y charlar con ella.
Cuando sonó el timbre para entrar al salón me quedé un poco más porque la profesora de la materia que me tocaba tener había faltado y tendríamos hora libre. Al escuchar la voz del profesor que al parecer entraba a ese salón me despedí de mi amiga diciéndole que luego volvería y fui hasta la puerta.
Cuando alzé la mirada no lo podía creer... el profesor era mi nuevo vecino. Con el mismo traje que llevaba puesto hoy cuando lo vi subirse a su auto. Él me miró de arriba a abajo y me dijo:
-Buenos días señorita, creo que tendrá que salir un poco antes la próxima vez- me lo dijo sonriendo, mierda era tan lindo.
-Si, disculpe profesor, permiso- y rozamos nuestros cuerpos cuando salí, ya que la puerta era bastante angosta, él seguía parado ahí y yo tenía que salir.
Era tan hermoso, joder. No podía creer que iba a ser profesor en mi colegio... eso explicaba que se haya mudado aquí, por lo que queda cerca y eso...
Luego de que salí del colegio, me volví caminando. Habían días que me apetecía volver caminando para despejarme un poco, además, como dije antes, mi casa no quedaba tan lejos del colegio.
Cuando estaba ya a 5 pasos de llegar hacia mi casa vi al nuevo vecino y profesor saliendo del auto. Finjí no verlo para no ser tan obvia, pero él que me vió también fue él, dijo:
-Hey! Eres la que se mete a mi salón?-
No podía estar más nerviosa
-Eh, ssi. Igual creo que no es sólo su salón, o si?- dije riendo
-Bueno, en teoría no- dijo él también riendo, joder era tan lindo y caliente al mismo tiempo.
Yo me reí y luego él, subiendo las tres escaleras para dirigirse hacia la puerta dijo:
-Que tengas lindo día, nena-
¿Nena? ¿NENA? Por qué me sentí excitada cuando me dijo eso? Joder.
-Igualmente, adiós- respondí yo.
No podía controlar mis emociones y mis hormonas desde que había visto a ese hombre.
