Six

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Las horas se hacian eternas, quería salir ya para verlo ¿De qué me querría hablar?
Me hice esa pregunta hasta que sonó el timbre de salida, guardé mis cosas lo más rápido que pude y les dije a mis amigas que no me iría con ellas en bus, porque mi madre me iría a buscar para comprar algunas cosas. No quería contarles aún de que me vería con él.
Cuando me dirigí hacia el banco en el que quedamos, estaba él ahí, sentado revisando su celular. Cuando me vió dijo:
-Alyssa, nena. Eh, disculpa, te molesta que te diga así? Si es así dímelo y no te lo digo-

-No, claro que no, al contrario, creo que me gusta- dije sonriendo. No sé cómo me animé a decirle eso.

-A mi me gusta decírtelo- y seguía con su guiño que me hacía estremecer.
-Mira, necesito tu ayuda. Como sabrás soy nuevo en esta ciudad y necesito llevar ropa a una tintorería y no conozco dónde hay una aquí. Como eres mi vecina y ya hablamos quería saber si me podías guiar- dijo acercándose a mi.

-Claro! Hay varias por aquí, yo te guío- dije sonriendo.

-Bien, mi auto está estacionado por allá, vamos?- Asentí y nos dirigimos hacia su gran auto rojo.
Le mandé un mensaje a mi madre diciéndole que acompañaría a Irina a comprar algunas cosas y que llegaría más tarde.

Nos subimos al auto. Mark conectó su celular a Bluetooth y empezó a sonar "Sweater Weather" de The Neighbourhood. Amaba esa canción, iba cantándola mientras él conducía.

Narra Mark
Alyssa iba cantando las canciones que sonaban. Era tan jodidamente linda. Ella iba guiándome para llegar a la tintorería. Y la realidad es que yo ya sabía donde quedaban todas, pero era una excusa para estar con ella, para verla, para escucharla, para hablar con ella. Desde que la vi no dejé de pensar en ella, y me sentía mal por un lado pero la necesitaba, la deseaba.
Cuando dejé toda la ropa en la tintorería, me subí de vuelta al auto y ella seguía cantando las canciones. Era realmente hermosa, no podía dejar de mirarla. Me sentí culpable por aprovechar esto de que "soy nuevo en la ciudad" y mentirle para que ella se suba a mi auto, y por eso decidí decirle que yo ya sabía dónde quedaba esta tintorería.

-Entonces por qué me dijiste que no conocías ninguna y que yo te guíe- dijo sonriendo y mirándome algo tímida, era increíble como me ponía su mirada tímida. No podía guardarlo más, ya había pasado una semana deseándola, mirándola reír, deseando besarla fuertemente. Era el momento de decírselo.
-Alyssa, escucha. No puedo guardarlo más. Desde el preciso momento en el que te vi en el curso en el que me tocaba dar clases por primera vez que no puedo dejar de pensarte, de necesitarte. Eres jodidamente hermosa e irresistible para mi, y no quería decírtelo por miedo a que te asustes por, ya sabes, la diferencia de edad, por miedo a que pienses que soy un pedófilo y todas esas cosas que pueden pasar por tu mente. No sé cómo te lo vas a tomar, pero no podía guardármelo más. Eres tan tierna y caliente al mismo tiempo que haces que no me pueda resistir. No sentía esto hace muchísimo, me encantas. Por eso puse la excusa de la tintorería, para que estés conmigo y poder decirte lo que me pasa. Lo siento si te enojas. Lo voy a entender-

Ella me miró con ojos tímidos, sorprendidos y felices al mismo tiempo. Esos hermosos ojos azules, y con esa sonrisa que podía iluminar cualquier cosa. Me respondió:
-Mark, me dejaste atónita. Que pasa si te digo que a mi me viene pasando lo mismo?- dijo escalando poco a poco mi pecho con dos dedos. Yo la miré confuso, ella riendo tiernamente me dijo:
-Si, me pasa lo mismo. Desde el primer día que te vi bajando del camión de mudanzas que me vuelves loca-
No lo pensé más, la agarré de la cintura, la traje hacia el asiento de conductor donde estaba yo, la senté encima mío y empecé a besarla intensamente. Ella me agarraba del cuello, yo le apretaba la cintura, nuestras respiraciones eran fuertísimas. Qué lindo se sentía tener su cuerpo en mis manos, tocarla y que ella me tocara.

Yes, Daddy🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora