Solo tú...

¿Mis sentimientos de verdad cambiaron?

- Marinette ¿Te encuentras bien?

Chat se apartó suavemente de mí, por algún motivo no quería que se alejara de mis brazos. Coloco su mano izquierda en mi frente y su mano derecha sobre la suya, para tomar la temperatura.

- Parece que tienes un poco de fiebre, además estás temblando, tal vez hayas cogido un resfriado. Será mejor que te recuestes.

Me tomo por los hombros y me acostó en la cama.

- Creo que lo mejor sería ir a buscar algún medicamento, no quiero que empeores.

Me quedé inmóvil, no sabía cómo reaccionar, hasta que lo ví acercarse a las escaleras para salir. No pude moverme, pero mis labios reaccionaron.

- Chat Noir, estoy bien, en serio... Solo te agradecería que te quedarás un poco más conmigo.

Él se acercó a la cama, se recostó a mi lado y me abrazó tiernamente.

- Para mí es un placer Mari, después de todo me has ayudado bastante, no podría negarte nada ahora.

Sentí su corazón palpitar armoniosamente, sus manos acariciaban suavemente mi cabeza, mi mente dejo de trabajar y repentinamente se puso en blanco, solo podía pensar en Chat Noir, en sus caricias, en lo bien que olía, en su ternura, sus palabras dulces... No había duda... Me había enamorado de él sin darme cuenta...

Fue doloroso aceptarlo, pero ahora Adrien solamente significaba una amistad para mí... Ese hamster que tenía planeado no iba a poder tenerlo con él, solo pensaba en Chat Noir...

- Sabes Chat... Ladybug es una chica afortunada, realmente eres un caballero

- Gracias jeje... En realidad cuando estoy con ella suelo ser un poco arrogante, pero realmente me gusta... No puedo imaginar mi vida sin estar a su lado... Siendo o no Chat Noir... De verdad, me gustaría saber quién es...

- Tal vez eso no pueda ser posible... Ya sabes, por seguridad...

- Lo sé... Y me gusta bastante, de no ser por la esperanza que me diste ya lo hubiera dejado... Sentía que nuestro amor era imposible... Y para ser franco comenzaba a fijarme en alguien más...

Mi corazón se estremeció al escuchar estás últimas palabras, le comenzaba a gustar otra persona...

Sentía unas ganas inmensas de llorar, aunque no sabía realmente cual era el motivo. Lo abrace fuertemente y escondí mi cara en su pecho para poder contener el llanto, su voz me tranquilizó.

- ¿Estás llorando? No, princesa, ¿por qué?

Levantó mi cara con sus manos y me hizo verlo a los ojos.

- No es nada... No estoy llorando, estoy bien

Le sonreí sutilmente para que no se preocupara, él me devolvió la sonrisa y volví a acomodar mi cara en su pecho. Continúo acariciando mi cabello y mi espalda, comencé a relajarme demasiado, me sentía tan bien.

Antes de pensarlo me quedé dormida abrazándolo.