Relato Final

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Amy

Veinte minutos después, llegamos al edificio donde está ubicada la cafetería. Proseguimos a bajar del auto, saco las llaves y cuando estoy a punto de salir una cosa golpea el parabrisas causando una pequeña grieta.

—¿Qué fue eso?— salgo del auto y me encuentro con una piedra, la causante del golpe.

—¿Amy?— la voz de Rebeca me saca de mis pensamientos.

—Ya voy, es que esto golpeó el vidrio y no sé de dónde vino.—le explico.

Ella mira el objeto con intriga.

—Seguro alguien la lanzo desde algún sitio.— le resto importancia y me jala del brazo.

El edificio es enorme, calculo que debe tener unos 8 pisos. Todos con ventanales sellados y al costado las escaleras en caso de incendio. Por dentro, parece más un centro comercial pero con aspecto reservado.

—Más escaleras, odio subir tantos escalones.— admite Rebeca en el primer peldaño.

—No te preocupes, podemos usar el elevador.— señalo al otro lado del pasillo.

—Bien pensado.

Nos dirigimos al ascensor, para nuestra suerte, está averiado. Al parecer porque hace poco hubo una explosión adentro y tuvieron que clausurarlo. Tomamos las escaleras hasta llegar al 4to piso que consta de un corredor hasta un umbral con una puerta de cristal muy bonita.

Pasamos y admiramos el lugar, inconscientemente abrí la boca con asombro. La primera vez que vine no me permití detallarlo ya que estaba apurada.
Es grande y espacioso, el techo es alto con varias columnas de soporte en color blanco con gris. Deben haber más de veinte mesas colocadas perfectamente por todo el sitio. Hay un enorme mostrador de postres y otro para elegir la comida estilo bufet.

Empiezo a pensar que no es una cafetería común.

Las luces varían por todo el espacio otorgándole un toque moderno al ambiente. Debe haber unas cincuenta personas comiendo y disfrutando.

—Es fabuloso.—Rebeca se  sorprende.

—Ya lo creo.

—¿Ese no es Adam?— cuestiona señalando una mesa cerca de la ventana.

—Creo que sí.— suelto en señal de aprobación para acercarnos a él.

Se encuentra en la mesa 9.

—¡Aquí están! Rebeca, dijiste que estarían a las siete, ya son las siete y media.— exclama incorporándose para saludar a Rebeca.

Adam usa una camiseta negra, jeans y deportivas blancas.

—¿Qué?— consigo decir confundida.

—Bueno, te engañé, ya sabía que Adam no trabaja hoy y le invité a venir.— aclara Rebeca riéndose.

—A ok, qué bien.— salgo de mi confusión y abrazo a Adam.—Hola amor.

Responde mi abrazo con cariño.

—Hola, princesa.— murmura y planta un beso en mis labios. Le sigo el beso y lo atraigo por el cuello.

Escuchamos una tos falsa y nos separamos para mirar a Rebeca riendo.

—Lo siento chicos, es que se ponen muy cursis y eso me empalaga.— comenta cruzada de brazos.

—Siéntense, ya pedí el desayuno.—Adam me guía hasta su lado con su mano en mi cintura.

Rebeca se sienta delante de nosotros y toma el menú para echarle un vistazo.

—Ya pedí la comida, boba.— le recuerda Adam y no puedo evitar reir.

Destino final 6: El orígen de todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora