2. Aura incómoda

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La noche no podía ser peor... o tal vez sí.

La sonrisa cínica de Duncan hizo fruncir el ceño a Courtney. ¡¿Por qué estaba tan feliz?! Y sobre todo, ¿en dónde estaba Bridgette?

―Creí que no iba a verte ―dijo Duncan poniéndose de pie y brindando el asiento de al lado a Courtney.

―Y yo esperaba no verte. Gracias ―contestó seriamente, sentándose lejos de donde él sugirió.

―Sigues enfadada, ¿es por eso que me eliminaste de tus redes sociales?

―Lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia, Duncan.

Courtney sacó su teléfono móvil del bolso de mano, observaba la pantalla como si estuviese haciendo algo importante, lo que sea antes de dirigir la mirada al chico pelinegro que estaba acompañándola.

―Te ves linda con ese vestido. ¿Estarás ocupada esta noche, después de acabar aquí?

―Para ti, siempre voy a estar ocupada. Además, Gwen no tarda en llegar, y por lo último que sé, ustedes están por volver.

―¿Qué? ¿Quién te dijo eso? Yo lo que quiero es...

No pudo terminar porque fue interrumpido por una rubia que iba entrando a toda prisa.

―¡Lo siento, Courtney! Me retrasé allá afuera porque estaba esperando a Geoff ―dijo Bridgette al tomar asiento al lado de su amiga―. Hola, Duncan. No esperaba verte tan temprano.

―Ni yo. Tu novio me canceló en el último momento, y como no tenía más que hacer decidí llegar temprano. Pero valió la pena ―Guiñó un ojo a Courtney y ésta se estremeció.

***

Los minutos avanzaron a un ritmo bastante lento, al parecer de Courtney. No se quejaba del todo, pues estaba hablando con las amigas que no había visto en mucho tiempo. Bridgette platicaba de su reciente regreso con Geoff, Beth les mostraba el anillo de compromiso que le había dado su apuesto novio, y Gwen y Leshawna conversaban de cosas sobre películas. 

Pero Courtney se estaba perdiendo de todo eso. Sentía la mirada pesada sobre ella, y no sabía cómo sentirse al respecto. Duncan no dejaba de mirarle, discretamente, pero lo hacía y ella se daba cuenta. ¿Qué es lo que quería? O quizás no la veía a ella, ¿y si está viendo a Gwen?

―Ahora regreso, iré al tocador. ―Se puso de pie y comenzó a caminar hacia el sanitario de damas mientras esperaban al resto de los participantes. Y para su suerte, confirmó lo que no quería, Duncan la siguió con la mirada, atento a cada paso y a dónde se dirigía.

Entró apresurada, aventó el celular y se recargó sobre el lavabo mirándose directo en el espejo. Llevaba el cabello con caída a un lado, maquillaje discreto y un hermoso vestido corto, color rojo, de tirantes. Se ruborizó, bajó el rostro y sonrió al recordar por qué se había esmerado tanto en lucir bonita para esa cena. Scott. ¿Por qué aun no llegaba? Por un momento la sonrisa se le borró al imaginar que él no iba a presentarse. Pero el sentimiento cambió repentinamente al sentir unas manos masculinas sujetándola de la cintura.

―¡Scott! ―exclamó emocionada al sentir el tacto. Levantó la mirada y vio por el espejo a quien no esperaba―. ¿Qué haces aquí?

Se giró bruscamente apartándolo de inmediato.

―Yo no soy Scott. No entiendo por qué sigues boba por ese apestoso granjero. Tú no te mereces vivir entre el lodo, Court. Te mereces algo mejor.

―¿Y qué es eso mejor? ¿El reclusorio? ¿Vivir en un harén junto a Gwen? No lo creo, amigo. Y ahora, sal de aquí para que les expliques a todos que te equivocaste de baño.

―Nadie me vio entrar, y nadie va a venir aquí ―Dio un paso al frente haciendo que Courtney chocara con el lavabo―. Sé que hice mal, y he estado arrepentido todo el tiempo. Yo no soy de rogar, me conoces. Pero quiero que me des una oportunidad para hablar, ¿podemos al menos hablar?

―Si te doy esa oportunidad, ¿me dejaras en paz luego?

―Haré lo que tú me pidas, princesa. Aunque dudo que quieras que te deje.

Para cuando Courtney pudo respirar de nuevo ya lo tenía muy cerca. ¿Por qué sentía un cosquilleo? ¿Por qué sentía revuelto el estómago, como si miles de animalitos le caminaran adentro? ¿Por qué sentía el pecho comprimido y qué el aliento le faltaba?

¿Por qué Duncan?

―Oh, lo siento. No quería interrumpir.

Duncan miró por sobre su hombro, y Courtney quedó petrificada al ser descubierta por una chica rubia de piel pálida, en una embarazosa situación.

―No te preocupes... sólo, estábamos... Ya me iba ―Courtney se apartó y salió apresurada del baño, pero la mujer la tomó del brazo.

―Tú, puedo ver tu aura confusa... es mejor que te alejes de él, así nos evitaríamos muchos problemas entre tú y yo.

Courtney se soltó con mero repudio y la observó con rareza mientras la otra le sonreía con tranquilidad. ❝Loca❞, le dijo y se fue.

Iba llegando a donde estaban los demás, y al parecer ya había llegado la mayoría, y vaya que eran muchos. Pero lo que más le llamó la atención fue ver a Heather entre ellos. Se apresuró para saludarla pero alguien le tocó el hombro por detrás y se detuvo. Su rostro demostraba claramente sorpresa, no lo dudó ni por un segundo y rodeó a Scott con sus brazos por el cuello.

―¡Scott, que alegría verte!

―¡Wow, tranquila, nena! ¡Es muy pronto para tumbarnos, y menos aquí! ―bromeó al sentir el peso de ella sobre él.

Courtney no podía describir el sentimiento que le inundaba en ese momento, cuando Scott la tomó por la cintura y le habló de una manera dulce, cuando la estrechó contra su cuerpo, se sintió la mujer más feliz del mundo. Esperaba que la recibiera con un claro desprecio, pero fue todo lo contrario.

Se separaron. Las mejillas de Courtney estaban teñidas de un rojo intenso, perceptible a la vista de cualquiera.

―¿Sigues molesto conmigo? ―Bajó el rostro.

―¿Molesto? ¿Por qué debería estarlo?

―Porque no respondes mis llamadas, te desapareciste, y lo que hice... pensé que no querías saber de mí.

―Mi teléfono se lo merendó un cerdo, y en casa no tenemos comunicación... Y también creí que no querías verme, por eso no te busqué ―Rascó su nuca y tartamudeando dijo―: Te extrañé, Courtney.

Todo iba mejor de lo que creyó, hasta ese instante.

―Mira nada más, el granjero está aquí. ¿Tu mami te dejo salir de casa?

La tensión se podía cortar con un cuchillo. Era fascinante como la atmósfera había cambiado en cuestión de segundos. Duncan se acercó a ellos con una sonrisa arrogante en su rostro, mirando con atención a ambos.

―¿Y tú, no deberías estar en prisión, o coqueteando  con Gwen?

―Estoy aquí, y libre, ¿no ves? Pero bueno, no interrumpo su maravilloso encuentro. Olvidaste tu teléfono en el baño, princesa. Sólo vine a entregártelo ―Extendió su mano entregándole el aparato.

La expresión de duda de Scott hizo erizarle el vello a Courtney. Sólo esperaba que nadie haya visto que ambos estaban en el baño de mujeres, solos, a excepción de la chica rubia que se le hacía familiar.

Tú o Él | Total Drama Reunion IslandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora