Tú o Él | Total Drama Reunion Island

6. ¿Sólo una silla?

Había 5 mesas redondas con cinco participantes cada una, adornadas con algo simbólico -y color- a su equipo. El equipo de las mariquitas asesinas tomó lugar en la mesa del frente al fondo, donde una bandera roja al centro les señalaba el lugar.

Courtney tomó asiento al lado de Gwen, de inmediato, los dos chicos del equipo tomaron al mismo tiempo el respaldo de la silla a junto.

―Chicos, no comencemos una pelea de nuevo, por favor. Scott, puedes sentarte junto a mí ―intervino Dawn, palabras que fueron ignoradas por ese par, la única interesada en la idea fue Courtney, y eso la puso un poco de malas, si es que se podía más.

El asunto estaba claro, ninguno cedería, porque, en supuesto, no se trataba sólo de una silla.

―Yo la tomé primero ―dijo Duncan con una sonrisa desbordante de cinismo, mirando directo a los ojos irritados de Scott.

―Yo estaba más cerca, tú puedes sentarte en la siguiente silla ―respondió con un tono de voz más irritado. Apretó y halaba el asiento hacia sí, al igual que Duncan.

―Yo hablaba de Courtney ―respondió. Su sonrisa se hizo aún más extensa al ver la expresión en el rostro de su contrincante.

Courtney abrió la boca de la impresión, para cerrarla cuando Scott estuvo a punto de empujar a Duncan. Se puso de pie inmediatamente y jaló a Scott hacia el otro lado. A pesar la tensión y riña en su equipo, eran eso, un equipo, y deberían estar unidos... Por lo menos frente al adversario y no darle puntos débiles a su favor.

―¡Hey! ―Ella golpeó la mesa con el puño, lo encaró por el comentario fuera de lugar―. Te lo advierto, Duncan. No vine aquí para soportarte, así que de ahora en adelante guárdate todos tus comentarios. ¿Entendido?

―Entendido, princesa.

―¡Y deja de llamarme así!

El comedor estaba en silencio. Todos interesados en la discusión, pues la tensión en el ambiente se podía tajar con un cuchillo. Para algunos, la mayoría tal vez, aseguraban que iba a ser el primer equipo en abandonar el programa.

Gwen sintió un poco de vergüenza al notar que eran el centro de atención, Dawn tenía un rostro de espanto, Scott se había tranquilizado un poco al ver que por lo menos Courtney no estaba de acuerdo con el comportamiento de Duncan, ella se defendía sola claro estaba, y por lo visto no debía preocuparse por un posible "donde hubo fuego cenizas quedan".

Los ánimos se calmaron cuando el Chef clavó un cuchillo en el centro de la mesa para atraer la atención de los protagonistas.

―¡Silencio! Es la hora que el honorable anfitrión haga su entrada.

Chris entró al comedor. Por sus cejas fruncidas lucía molesto.

―Gracias, Chef. Me alegra que haya alguien con sentido aquí. Y gracias a las mariquitas por robar el tiempo de mi maravillosa presentación. El Chef se encargará de darles lo que merecen.

El Chef Hatched sonrió perversamente. Duncan cedió el lugar a Scott, él se sentó junto a Dawn, con aparente seriedad ―Como sea ―dijo y cruzó los brazos.

―Bien, ya que me amargaron la noche, iré directamente al grano. Imagino que ya tienen al capitán de su equipo, ¿correcto? ―Estos asintieron y cada mesa presentó a su capitán.

Courtney en el primer equipo con Gwen, Dawn, Scott y Duncan. Leshawna del equipo dos con Heather, Anne Maria, Staici y Sugar. Trent capitán del grupo tres con Alejandro, Bridgette, Katie y Justin. Jasmin lideraba al equipo cuatro, quienes lo conformaban Zoey, Ella, DJ y Geoff. Por último, el equipo cinco era liderado por Brick, el cual lo conformaban Noah, Cody, Lindsay y Harold.

―Ahora, se preguntarán ¿por qué hay una cama matrimonial en cada cabaña? Verán, esa cama forma parte de una regla muy importante y, escuchen bien, de no cumplirla podría hacer que sean eliminados automáticamente.

―Esto no huele nada bien

―Sí, Gwen. Tengo un mal presentimiento ―respondió Courtney.

Y cuando las cosas no se podían agravar, se pusieron diez veces peor.

―Ese lugar va a ser única y exclusivamente para el capitán del equipo

―Eso no es tan malo ―se escuchó a alguien decir.

―Cada día, después de la cena, un equipo mandará a uno de sus integrantes a otro equipo, ¡y adivinen qué! Tendrá que compartir cama con el capitán.

Gran parte de los concursantes comenzaron a protestar, principalmente los líderes de los equipos. Pensándolo bien era buena estrategia, pues enviar a un integrante como infiltrado podría ser un punto a favor o por el contrario ser un gran problema.

―¡Ah, Ah! Eso sí que no ―se levantó Leshawna, alzando la voz―. Yo no pienso compartir la cama con alguien más, con la señorita "no puedo vivir sin mi laca" tengo suficiente, cariño ―decía, mientras Anne Marie dejaba de rociar producto sobre su cabello.

―Tampoco me agrada la idea de convivir con ustedes ―respondió Chris―. Déjenme, terminar. Cada equipo me dirá quién de sus integrantes será el voluntario, o no, y esté al terminar la cena tendrá que proceder a su respectivo lugar para pasar la noche. Comenzaré con las mariquitas

Chris se acercó con ellos, todos estaban atentos. Metió la mano en una urna de cristal y sacó un papel de ahí. Lo abrió lentamente, sin borrar la sonrisa siniestra que lo caracteriza.

―Y el equipo que recibirá a uno de ustedes es... ¡Las orugas! ―Todos buscaron la bandera verde, que estaba al fondo del salón. El capitán del equipo era Trent―. Tienen veinte segundos para decidir, comienza el conteo ahora.

Los cinco se acercaron al centro. La preocupación en cierta persona se dejó ver desde el anuncio.

―Creo que todo está claro. Tenemos que mandar a Gwen.

―¡¿Qué?! ¡No! ¡¿Por qué yo?! ¡Courtney!

―Estoy de acuerdo con la capitana ―respondió Duncan.

―Lo siento Gwen, es por el equipo. Todos sabemos que significas mucho para él, y si te enviamos, eso, de algún modo, los debilitará. Trent es un gran competidor y estratega, tenemos que hacerle esto difícil.

―¡Diez segundos! ―exclamó el Chef.

―Por favor, chicos. No quiero hacerlo.

―Es un poco cruel, pero me parece buena estrategia, ¿cierto Scott? ―él asintió a Dawn.

―No me siento preparada para esto. No estoy de acuerdo.

―¡Se acabó el tiempo! ―Gwen, con la mirada, imploraba a su amiga a que no la mandara a donde su ex―. Courtney, ¿quién será el afortunado para ir al equipo de las orugas?

Courtney se puso de pie. Aún indecisa, por un lado, lastimaría a su amiga cuando también podría mandar a otro, y por el otro lado estaba la oportunidad de ganar el premio.

―¡Dilo ya, mujer!

―Gwen. ―dijo, en seguida se disculpó con ella.