10. Lo que pasa en el muelle se queda en el muelle

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—¡Maldición! —gritó cargado de frustración.

Scott cayó de sentón sobre el fango espeso y oloroso del corral de los cerdos. Sacudió sus manos al aire para retirar el exceso de lodo de ellas. Con la muñeca limpió un minúsculo rastro de éste que botó hasta su mejilla.

Maldijo el doble de fuerte cuando el cerdo más grande ingirió por su garganta algo que no era comida.

Hace un momento, cuando arrojaba los restos de desperdicio en el comedero de los puercos, su teléfono había caído por accidente entre el alimento. Intentó recuperarlo velozmente pero el animal fue más rápido, luchó con él, tratando de abrirle el hocico por la fuerza y hacer que escupiera el aparato.

Fue un intento fallido.

—Eres un estúpido —dijo una voz femenina a su espalda, con un tono más de burla que de enojo.

—¿Qué haces aquí, Al? —respondió con disgusto a su hermana.

—Viendo como fracasas —La pelirroja alta, delgada, de ojos claros, reía observando a Scott ponerse de pie cubierto de barro. Acomodó su sombrero de paja para luego recostarse de brazos cruzados sobre la valla de madera—. Tenías una misión y has fracasado, hermano. Má dijo que si querías ir a la ciudad tendrías que hacer mi trabajo, y mírate, eres un desastre. ¿Acaso no quieres ver a tu amiga mandona con la saliste dos días?

—No es de tu incumbencia, Alberta. Y para tu información, no fueron sólo dos días. —Sacudió su overol retirando algo de suciedad, tendría que lavarse bien después de eso, después de recuperar su teléfono.

—¡¿Alberta?! Debes estar muy molesto para llamarme así. No es para tanto, mañana lo haces mejor y ya está, no le diré a má.

—¡No es eso! —Se dirigió violentamente hacia su hermana mayor, caminó hacia ella con el rostro claramente molesto—. El estúpido animal se comió mi teléfono.

La risa escandalosa de Al sólo lo hizo fruncir sus cejas aún más.

—¿Y qué? Te puedes comprar otro cuando vayas a la ciudad —Le abrió la puerta del cerco para que él pudiera salir del corral. Scott pasó de largo, ella lo siguió.

—Lo sé, pero... —Se detuvo en la entrada del granero. Se giró para verle a la cara— Es el único medio de comunicación que tengo con Courtney, no sé cómo contactarla si no es por mensajes, no sé dónde vive y ella no sabe dónde vivo.

Cuando las grabaciones de All Stars terminaron, Scott buscó a Courtney con ayuda de Heather. Luego de algunas salidas, antes de volver cada quién a su respectiva vida, resolvieron algunos de las diferencias que tuvieron, incluso quedaron como amigos, compartieron números y prometieron volverse a ver.

Fueron semanas de mensajes, llamadas, y últimamente videollamadas dónde la ansiedad por reencontrarse crecía con el tiempo. Había tensión entre ellos, no de mala manera, de eso se pudo dar cuenta luego de algunos coqueteos por parte de ella. Y él, era evidente que todavía se sentía atraído.

En el momento cuando las cosas avanzaban positivamente, justo cuando estaban por acordar una fecha y una dirección para verse ocurrió el incidente del cerdo.

Tomó el hacha de la pared, empujó a su hermana para que se hiciera a un lado. Regresó al corral y se puso frente al cerdo. Levantó las manos con el arma empuñada, apuntando en dirección al cuello del animal. Al se puso en frente para detenerlo.

—¡¿Qué crees que haces?! —le cuestionó un poco alarmada.

—Recupero lo que perdí. Hazte a un lado. —le dijo volviendo a tomar la posición firme.

Tú o Él | Total Drama Reunion IslandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora