Platinum green [JotaKak]

Hacha voladora

-Lero lero lero lero lero lero lero

Aquel curioso sonido invadió la pequeña terraza de madera, deslizándose por sus escaleras e introduciéndose en el bosque.

-Lero lero lero lero lero lero lero lero lero lero lero

Contunió avanzando, resonando en las cavidades de los antiguos troncos centenarios y superponiéndose a los cantos de las aves exóticas, hasta que se topó con un una bella oreja. Esta no era una oreja cualquiera, pues pertenecía a Jotaro Kujo. El nieto de Joseph Joestar era muy alto, fornido y musculoso. Su pelo azabache enmarcaba unas facciones perfectas y hermosas, por las cuales se adivinaba la madurez de aquel chico de apenas 20 años.

-Lero lero lero lero lero lero
Sin ningún reparo, las ondas de sonido que transmitían ese extraño ruido húmedo arcariciaron la oreja y se metieron en su oído.

Jotaro se detuvo. Apoyó con aire calmado el hacha con la que estaba cortando leña en un pequeño claro, y dirigió su mirada hacia la cabaña. Basándose en la fuerza con la que el Lero lero lero lero lero lero le había llegado, supuso que Kakyoin se encontraría en la terraza, tumbado en la hamaca de tela, que se balancearía sobre el suelo con el viento. Y ahí en su cómoda postura, con un brazo tras la espalda y los ojos cerrados, lamería una cereza mientras inclinaba la cabeza hacia atrás.

El sonido pareció cesar.

Y Jotaro pareció dejarlo pasar, tranquilo como siempre.

Pero cuando se disponía a hundir de nuevo el hacha a la madera, aquel desagradable sonido le invadió de nuevo, con más fuerza aún que antes.

-LERO LERO LERO LERO LERO LERO LERO

La mano de Star Platinum rodeó la de Jotaro, apropiándose de aquel afilado objeto, y haciendo uso de su fuerza sobrenatural y precisión infalible realizó un giro de 90° con la muñeca, cambiando la trayectoria del hacha. Voló con rapidez hacia la cabaña, y segundos después el lero lero fue sustituído por un grito agudo.

Jotaro sonrió. A veces lo hacía.