Rompí el beso, me senté en la encimera, y me puse frente a él haciendo un extraño movimiento, le rodeé la cintura con las piernas, y lo pegué a mi, con mis brazos le rodeé el cuello, él anduvo, y yo quedé en sus brazos, mi sexo estaba contra su vientre, y su po.lla -ya dura- me estaba rozando... de repente tuve la necesidad de tenerlo dentro, de sentirlo... aflojé un poco mis brazos, y resbalé un poco, rápidamente, noté las manos de Justin en mi trasero sosteniéndome...
-Justin... -gemí, sobre todo por que él me acarició el co.ño, rozándome con un dedo- necesitó...
No tuve que decir nada más... él dirigió su miembro, hasta mi <<entrada>> -con una mano- y me dejó deslizarme, penetrándome...
Ambos gemimos, y yo me dispuse a buscar su boca... quería besarlo... apreté mis muslos vaginales cuando noté su lengua entrando en mi boca, y él me mordió -suavemente- un labio mientras gemía...
Metió una de sus manos entre nosotros y alcanzó mi clítoris, comenzó a frotármelo mientras caminaba hacía algún lugar, de repente noté algo blando en la espalda, abrí los ojos, y me ví sobre el sofá...
-Así no... -me quejé, lo prefería a él debajo-
Él me hizo caso, no se muy bien como lo hizo, pero él ahora estaba de espaldas contra el sofá, y yo encima de él, me incliné y lo besé castamente, me incorporé, y comencé a moverme, sosteniendo mi peso sobre mis rodillas, comencé a subir y a bajar, presionando mis músculos vaginales cuando subía, él me estaba acariciando los pechos, pero una mano dejó a uno de mis senos solos, y bajó a mi clítoris, acariciándolo, consiguió que me volviera loca, y que comenzara a moverme más deprisa, con más desesperación...
Me empecé a convulsionar, contrayendo las paredes de mi sexo, noté como él se ponía tenso dentro de mi, y de repente los dos gritamos de placer, alcanzando el orgasmo...
Caí encima suyo como una muñeca de trapo... sin fuerzas, y jadeante, él me abrazó y eso me hizo sonreír, aunque esto no debería de haber pasado... pero ahora, mejor no pensar.
Debía de levantarme, vestirme, y decirle que eso no debía pasar de nuevo, él era mi mejor amigo, y el sexo no entraba en nuestros planes, aunque tenía que reconocer que era un sexo magnífico...
Pero como ya dije, ahora no pensar. Me acurruqué en él, quien me empezó a acariciar la espalda haciendo que me estremeciera, de repente solté un gritito, por que el <<gracioso>> de Justin, no se como, se impulsó, y se sentó conmigo encima, él tenía la espalda contra el respaldo del sofá, y yo estaba frente a él, sentada a horcajadas, y para mi vergüenza, me estaba excitando de nuevo ¿pero que tenía este hombre? ¡Dios mío!
Yo sabía de mil cosas que tenía, muchísimas virtudes, también conocía sus defectos, de algo servía conocerlo desde que éramos unos niños ¿no?
Y ahora había descubierto otra virtud más, ¡era magnífico en la cuestión del sexo! Daba un poco de miedo.
Apoyé la cabeza en su hombro, no quería hablar, pero debía de hacerlo.