Críticas literarias

Worldbuilding: ¿Qué es y por qué es tan importante?

Ya he mencionado el worldbuilding en diversos capítulos de mis críticas, pero nunca me he parado a explicar qué es exactamente.

Así pues, teclado en mano, me dispongo a ampliar un concepto que para mi (y otros muchos autores) se compara en importancia a la historia y a los personajes.

Cualquier hijo de vecino con un poco de conocimientos de inglés sabrá ver la traducción literal. Construcción de mundos.

"Pues muy bien, gracias por decirme una evidencia, crack" pensaréis... pero el término "construcción de mundos" a veces tiene algunos matices que cuesta apreciar.

No nos engañemos, los escritores rara vez comienzan con la idea de un mundo. Solemos empezar por un personaje que se nos ha venido a la cabeza y nos resulta llamativo y entretenido, una idea para una historia, etc... pero, ¿un mundo? A no ser que este influya especialmente en alguno de los aspectos anteriores, rara vez verás a un autor empezar a escribir sistemas políticos, religiones, nombres de regiones o cosas parecidas antes de tener algo claro por donde irán los tiros en su historia... Pero yo no soy una de esas.

No desprecio esa opción, al contrario. Envido a aquellos a quienes se les ocurren las historias primero. Esta es la parte que más problemas me da, así que admiro profundamente a aquellos que la llevan a cabo con más facilidad. Pero los mundos... eso es mi terreno.

Pero antes de profundizar más en lo que me gusta hacer wolrdbuilding, acabemos de definir el término "mundo". El mundo no es la geografía. El mundo no es la política. El mundo no es la historia. El mundo no es la cultura. El mundo es todo eso y más. Pese a que muchos escritores concuerdan en que hay cuatro pilares básicos a la hora de forjar un buen mundo (historia, economía, política y geografía) estos se entrelazan constantemente, por no hablar de que hay otros tantos (cultura, arte, gastronomía...) que, pese a que suelen dejarse de lado en importancia, también dan mucho juego. El mundo es algo más que un decorado donde sucede la historia. El mundo, si está bien hecho, está vivo. Te dan ganas de ir ahí no a conocer a los personajes, si no a vivir donde viven ellos. Un buen mundo trabaja tan bien los aspectos culturales, históricos, políticos, religiosos, que no te extrañaría que te dijeran que, en realidad, es el calco de lo que sucede en un país del lejano oriente. 

Desgraciadamente, es un apartado que suele ser relegado al olvido, tanto en novelas de carácter amateur como en trabajos profesionales... y eso me provoca una gran pena, porque ¿a quién no le gusta abrir un libro y encontrarse con un buen mapa? ¿O con ilustraciones de las vestimentas y armaduras? ¿O con esquemas de las ciudades?. En este aspecto libros como el archivo de las tormentas son una delicia tanto a la hora de leerlos como a la hora de deleitarse con sus ilustraciones... mientras otros apenas se molestan en decirte el nombre de un par de ciudades y ala, a correr libremente.

¿Por qué le doy tanta importancia al worldbuilding? En parte porque influye enormemente en la historia. Las cosas no pasan porque sí. Siempre hay un trasfondo y resulta que para justificarlo... ¡exacto! hay que crear un mundo coherente. Pero la razón más importante para mi y la mayoritaria para que un libro con un mundo bien construido haga que quiera hundirme en sus páginas es porque me encanta.

Quizá es por mi tendencia al frikismo ilustrado (término inventado por mi y pendiente de registro) o, simplemente, porque encuentro formas de lo más absurdas de perder el tiempo, pero hacer mapas, inventarme las historias de los distintos países, cómo interactúan entre ellos... me encanta. Podría pasarme horas haciéndolo. Desde edades pseudomedievales con toques fantásticos a ciencia ficción al más puro estilo steampunk, crear un mundo es algo que me emociona sobremanera. Comprendo que no todos los escritores compartan mis gustos... pero no puedo evitar sentir pena cuando veo un libro con una buena historia, personajes interesantes y un mundo pésimo o hecho a toda prisa.

Así que, escritores, si tenéis la oportunidad y las ganas de hacer aunque sea un poquito de worldbuilding, aunque sea solo un mapa hecho en cinco minutos o detalles tan sencillos como la ropa que lleva la gente... hacedlo. Vuestro libro ganará mucho a ojos de unas cuantas personas.