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ilomilo

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Recuerda no acercarte mucho a las estrellas, porque ellas no te darán el amor como el nuestro.

Pero, ¿a donde te fuiste? Debería saberlo, pero dónde estoy hay frío y no quiero estar sola, así que muéstrame el camino a casa, dime qué volverás a casa.


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Febrero, 2014.

Si me hubiesen dicho días atrás que estaría de vuelta a Daegu, y más específicamente a ese viejo edificio dónde parecía albergar más tristeza que cualquier otra cosa, no lo creería. Y no porque me daba algún tipo de repugnancia, o algo por el estilo, pero el simple hecho de que estaba pisando los escalones por los que más de una vez me quedé sentado esperando que algo interesante me pasará, me hacía sentir... Nostálgico. Recuerdo ese día a la perfección, había llegado luego de mis tantos viajes, mis tantos conciertos y firmas de autógrafos a la casa nueva de mis padres, la cual había pagado yo. Una ola de recuerdos me inundó cuando vi a mi madre llorar, porque no me había visto por casi cinco meses, desde que me mudé en definitivo a Seúl. Mi padre me había abrazado y luego de tanto tiempo desde que tenía doce años, me había dicho lo mucho que me amaba y me extrañaba. Lloré ese día. Lloré como nunca al poder sentir de nuevo la calidez de mi familia, de mí madre, padre y hermano que habían hecho una pequeña fiesta para mí, de bienvenida, para decirme lo orgullosos que estaban, lo impresionado que se sentían y lo estúpidos que fueron por no creer en mí. No puedo olvidar la manera en que mi madre con lágrimas acunó mí cara y beso mi frente, colocándose de puntillas y arrastrando mi cabeza a su boca.

— No me importa si eres Suga, para mí siempre serás mi hijo y estoy orgullosa de ti no importa qué — profesó con sutileza.

Sonreí al instante y abracé su pequeño cuerpo contra el mío. Pero cuando pensé que había sido todo, ella tomó mis cabellos y me dijo algo en el oído.

Me dijo que habías pasado por la nueva casa de ellos.

Leenah era aún amiga de mi familia, después de todo se había convertido en lo que vendría siendo mi primer amor real. Nunca llegamos a denominamos parejas, o tan siquiera novios, pero eso no nos detuvo a ser nosotros mismos, a tomarnos de la mano, a ser los mejores amigos del mundo, a sentir y experimentar entre nosotros. A querernos. Todavía tenía en mi memoria todos esos momentos que pase con ella, todas las canciones en guitarra, todas las noches viendo el amanecer juntos, la manera en que me apoyaba y me decía que todo mejorará, la forma en que me obligadas con solo una mirada a decirle lo que pasaba por mi mente, para que luego la chica Seok con una sonrisa me respondiera y aconsejara, haciendo que mis días y noches fuesen completos. Pero más que todo, nunca olvidaré todas las veces que me hizo sentir vivo con solo un par de acordes.

Tomé las llaves del departamento entre mis manos y las estrujó hasta lastimarme.  Nunca había querido dejar de alquilar está pieza, por muy pequeña que sea. Le había prometido a Leenah que no lo haría, pues era mi condición de que así como cuando nos despedimos en el aereopuerto; no me alejaría de ella, no la iba a dejar. Porque esa chica había sido dueña de muchas primeras veces, como la primera vez en que me sentí plenamente feliz de mí, la primera vez que me enorgullecía por completo de mí trabajo, la primera vez que no me sentí inseguro cuando hacía algo, la primera vez que me sentí amado por alguien más que no era mi familia, la primera vez que amé a alguien que no era mi familia.

roof ||| bts; sugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora