El Largo Viaje del Pesar

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Para Iris: El triste sonido de la vida no es tan triste como el momento de tu partida, ahí, no solo partiste tú, partieron mis anhelos y esperanzas 

Habiendo caminado por lo que parecían muchos kilómetros, el hombre se sentía casi desvalido y sin fuerzas por el agotamiento, a pesar del rejuvenecimiento que tuvo lugar al llegar al reinado del tiempo el hombre se sentía exhausto, Destino lo vio tan agotado que decidió que sería mejor que descansaran, por lo menos por unos minutos, caminar y caminar era agobiante. 

Fatigado, el hombre se sentó en el piso, mientras que Destino se quedó de pie, sacó un reloj de su bolsillo y lo miraba, mientras que el hombre descansaba, este mismo, decidió recostarse en el suelo donde se hallaba sentado, a los pocos segundos entre cerró los ojos, entrando en un profundo sueño. Destino continuó viendo el reloj de bolsillo, sin percatarse de que el hombre se había quedado dormido.

El sujeto, comenzó a soñar. Se encontraba en un campo lleno de pasto hasta donde alcanzaba la mirada, en el horizonte, divisó una pequeña colina con un árbol. Volvió la mirada hacia atrás, todo era pasto, cuando regresó la mirada al frente, ahí se hallaba la bella joven Iris. Esta le extendió la mano, diciéndole entre suaves y delicadas palabras: "sígueme". La tomó de la mano, caminaron con dirección a la colina, el hombre trataba de entender, ella, quien tenia la delantera, volteó a verlo con una sonrisa, él la miró y sonrió, apresurando el paso. Ambos comenzaron a reír y a apresurar el paso. Entre risas y jugueteos llegaron a la colina, ahí comenzaron a dar vueltas, riendo con júbilo cayeron al piso, él quedó sobre ella, mientras reían se miraron fijamente, en el momento en que iban a besarse para demostrar su amor y su alegría, todo comenzó a tornarse con un aura tétrica, unas enormes nubes negras taparon el Sol, la oscuridad convirtió ese hermoso paisaje en un paraje tétrico y desolado. Los árboles comenzaron a secarse y un veloz y espeso viento comenzó a azotar todo.

El hombre lleno de terror por lo que sucedía y temeroso de lo que podía pasar, miró a todos lados, posteriormente, miró abajo buscando a Iris, quien viéndolo fijamente se desvaneció, siendo llevada por el negro viento. Aterrado el hombre comenzó a escuchar un susurro que cada vez se volvía más intenso, más fuerte, más desesperado, el hombre escuchaba "despierta, despierta, ¡Despierta!". El sujeto abrió los ojos, mareado y desorientado alcanzó a ver cómo Destino trataba de arrancarle un extraño animal similar a una sanguijuela mientras gritaba "¡Despierta!". Un intenso dolor de cabeza golpeó al hombre, seguido por los mareos y por el agonizante dolor que la extracción del animal le generaba, era demasiado hasta para el hombre más fuerte del mundo.

Destino finalmente consiguió arrancar al animal, acto seguido lo tiró al piso y lo pisó, este se desvaneció en un fino polvo negruzco. Al extraer al animal, el hombre soltó un agudo grito de dolor, la extrema sensación hizo que el hombre perdiera el conocimiento.

Cuando el hombre despertó, Destino lo arrastraba camino a la Ciudad del Tiempo, lo miró fijamente, después miró su pierna, la herida había sido vendada por el Señor del Tiempo con trozos de su ropaje. Destino lo soltó, golpeándose contra el suelo, donde él le tendió la mano para ayudarle a ponerse de pie, el hombre tomó la mano de Destino y se levantó.

Posteriormente, el hombre preguntó a Destino sobre lo sucedido. -¿Qué me quitaste?, ¿Qué era eso?- a lo que Destino respondió -Una sabandija llamada "desmembrante"- Destino le explicó que ese animal realmente no hace lo que su nombre, pues el sujeto conservaba todos sus miembros y extremidades, sino que el animal se comenzó a alimentar del dolor rezagado en el débil corazón del hombre, adentrándose en lo profundo de su mente, donde dejaría su traza. Destino mencionó que lo observará cuidadosamente, ni siquiera él sabía a ciencia cierta las implicaciones de la mordedura de aquel animal.

Continuaron caminando, siguiendo su rumbo a la Ciudad del Tiempo. Caminaron por unos cuantos kilómetros hasta que se toparon con un extenso pastizal, formado por lo que parecía un alto pasto de color grisáceo, de algunos brotaban pequeñas flores con apariencia mecánica, parecían engranes, algunas eran más grandes y poseían un foco que emitía una luz cálida, la misma que tintineaba como si no se supliera la demanda energética de la planta. Comenzaron a atravesar el gigantesco campo, en poco tiempo, con la guía de Destino, hallaron un sendero, por donde continuaron

Mientras recorrían el sendero, el hombre comenzó a quejarse, pues un fatídico dolor de cabeza lo comenzaba a invadir, lentamente el dolor comenzaba a crecer más y más, hasta que el hombre, repentinamente gritó y cayó desmayado. En su poco rastro de conciencia al caer, aparte de ver a Destino, vi una silueta femenina, la cual solo lo miró y se volvió a otro sitio. Mientras se hallaba desmayado, el hombre tuvo una visión, en la que una bella dama caminaba alegremente hacia el horizonte, cuando de pronto volteó, lo vio a los ojos y le dijo "Pronto nos conoceremos", mientras esto sucedía una mujer idéntica a la que caminaba le susurró al oído "Ya nos conocemos".

Desesperado, el hombre se reincorporó. Destino, preocupado, le preguntó -¿Cómo te sientes?- a lo que respondió -No... No lo sé, todo es muy confuso- Destino lo miró a los ojos e insistió en continuar, a lo que el sujeto no se negó.

Caminaron por el sendero hasta llegar a una colina, la cual subieron con gracia. Destino en ningún momento perdía el elegante porte que le caracterizaba, mientras que el hombre agotado y harto por el largo caminar y todas las contrariedades del viaje, estaba deseoso por llegar finalmente al tan anhelado destino. Llegaron a la cima de la colina, de esta un aterrador barranco se erigía hacia el suelo, el hombre lo miró aterrado al ver como unas rocas que sus pasos habían movido caían hacia el precipicio, Destino miraba inerte el horizonte, cuando el sujeto lo volteó a ver, solo dijo unas palabras "Ahí la tienes". El hombre miró el horizonte, donde se erigía una majestuosa ciudad, llena de vida, extravagante y fascinante en todo tipo de sentido, ante él se hallaba la majestuosa Ciudad del Tiempo, la culminación de su apedreado presente, de su trágico pasado y de su misterioso futuro...



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