✧ 04; ❝ʟɪʙᴇʀɪᴏ ɪɪ. ᴘᴇʟɪɢʀᴏ.❞

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Mi cuerpo se tensó por completo, no esperaba verlo tan pronto y fuera de las instalaciones de Marley.

—Escuché que tienes trabajo en el hospital -dijo con tranquilidad.

—Sí. A decir verdad ya voy de salida -

—Oh...

El silencio que se formó era realmente incómodo, debía salir de ahí si quería evitar más preguntas o ver alguna memoria, como en aquella ocasión...

—Khalen... Necesitamos hablar -

—No hay nada de qué hablar. Dijimos lo que teníamos que decir y las cosas cambiaron ahora. Berth, Marcel y Annie ya no están aquí así que los planes que habíamos hecho ya no existen... -

—Pero... -

—¿Pero qué? ¿No te bastó con abandonar a mis amigos en esa Isla? No sé qué es lo que hayas vivido pero ten por seguro que ellos no te dejarían atrás como tú lo hiciste... -

Salí finalmente de la casa, poniéndome en el proceso una gabardina beige con aquella banda que me identificaba -para el resto del mundo- como una demonio. Como una eldiana.

—¡Dije que esperes! -tomó con brusquedad mi muñeca izquierda, apretando con más fuerza de la necesaria.

—¡Sueltame! ¿Quién diablos te crees? -

—¿Por qué has dicho eso? -

Oh no...

—¿Acaso has hablado mal de Marley? ¿Quieres ir a la Isla para salvar a tus amigos? ¡¿Quieres morir allá?! - dijo con molestia.

Su rostro parecía demostrar su locura, dolor y tristeza, y mientras hablaba apretaba aún más mi muñeca.

Con mi otra mano golpee su rostro, provocando que su nariz comenzara a gotear sangre, me soltó al instante.

—¡Alejate de mí! Ve a celebrar que tu prima es una imprudente como tú, esperemos que ella no abandone a sus amigos -grité aferrando mis manos al interior de los bolsillos de la gabardina.

Comencé a caminar con rabia hacía la casa de Porco, sin embargo, ligeras lágrimas comenzaron a obstruir mi vista.

—¿Khalen? -preguntó la voz que ansiasaba oir.

Levanté la mirada y corrí a su encuentro, abrazandolo por el torso y, supongo, sorprendiendolo.

—¿Sucedio algo?

—Solo... recordé a Marcel y los demás... -

No dijo nada más, tan solo nos abrazamos unos minutos así, en silencio. En medio de la calle.

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PORCO

Khalen estaba llorando con nostálgicos sentimientos, me dolía y preocupaba verla así.

Una vez que se calmó y sequé sus lágrimas, besé su frente y la miré a los ojos.

—¿Quieres hablar de ello?

Negó con la cabeza de manera pausada.

—Debo ir al hospital -

—Primero, necesitamos comer y después te llevaré a donde necesites estar -

Asintió y caminamos de regreso a mi casa, mi madre estaba afuera esperandonos y sonrió al estar frente a frente con Khalen.

—¡Te queda perfecto! Sabía que te quedaría de maravilla -

—Muchas gracias por el regalo -

—No hay de qué. Ahora vamos adentro para la sorpresa -

Khalen y yo reimos por el entusiasmo de mi madre e ingresamos a la casa, mi padre y el suyo sostenían un cartel pequeño que ponía "Feliz cumpleaños Khalen".

—Hace dos semanas fue tu cumpleaños... -dijo con nostalgia su padre.

Ambos, Khalen y su padre, se abrazaron con cariño mientras mis padres y yo admirabamos la escena, una muy tierna a mi parecer.

Comimos, reímos y bromeamos, olvidando por un momento el dolor de la guerra, el odio de los países, la obligación con Marley y no tener a todos nuestros seres queridos juntos.

Cuando Khalen terminó, nos dispusimos a ir al hospital mientras yo iría al Cuartel General.

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—Solo necesitamos el informe que realizaron antes de regresar al ghetto, después de esto pueden retirarse -informó Magath con cansancio.

Cada uno de nosotros entregó sus hojas y mientras me disponía a salir, noté que Reiner tenía sangre seca en la nariz. El muy imbecil seguramente se habrá golpeado.

—¿Pasó algo, Rei? -preguntó Pieck.

—Descubrí que no debes molestar a una vieja amiga... es posible que te rompa la nariz -

Apreté los puños y me dispuse a salir de ahí sin golpear muy fuerte la puerta, caminé hasta uno de los balcones y me senté a pensar un momento.

—Así que él fue quien hizo llorar a Khalen... -

Ya me las pagará ese idiota.

Mientras tanto, la castaña revisaba a un herido de guerra, había perdido sus recuerdos y hablaba poco.

—Sólo sé que me llamo Kruger... Señorita -

—Descuida, ahora ya estarás bien. La guerra terminó -sonrió ella con calidez.

Pero el verdadero peligro estaba frente aquellos ojos azules y sonrisa amable.

✧ ᴋʜᴀʟᴇɴ's ʟᴜʟʟᴀʙʏ [ᴘ.ɢ] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora