El comienzo del fin

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Un día común y corriente decido quedarme en mi cama, me encontraba en esos días que mi cuerpo solo pedía ver películas y dormir. De repente siento el sonido de la puerta de mi cuarto abrirse, era mi madre diciéndome que me levantara. Me pongo de pie en busca de algo a lo que sujetarme, me puse de pie para sentir un mareo repentino. Cuando logro sentirme bien decido salir de mi habitación con mi teléfono en mi mano. Cojo mi teléfono para hacer una llamada:

Luego de varios intentos de contactar a Gabriel al fin contesta:
-Hola-Dice con voz gruesa.
—Hola, solo quería saber de ti. ¿Estas bien?- Digo con voz mañanera.
-Estoy bien, ahora mismo me encuentro comprando unas cosas. Luego pasaré por tu casa.
—Nos vemos luego, te quiero mucho sabes.-Le dejo saber pero no tuve respuesta alguna.

Horas mas tarde frente a mi casa se estaciona un auto el cual no reconozco. Se abre la puerta delantera para dar a mostrar a un hombre de pelo negro y de vestimenta un tanto extraña. Era Gabriel pero no lo reconocía. Abro la puerta, tan pronto entró se me acercó, me abrazó para luego darme un beso intenso. Mientras jugaba con mi cuerpo me daba pequeños besos, se detenía solo para que le mordiese su labio.

-Lo siento pero tengo que avanzar, solo vengo a darme una ducha porque tengo que reportarme a trabajar.
—¿Dónde trabajas?- Le pregunté ya que ni sabía que trabajaba.
- Trabajo en un negocio de comida, es nuevo.
—Ve y toma una ducha. Luego te llevaré a tu trabajo.
- Está bien, ¿Me podrías conseguir una toalla?

Me dirijo hacia el baño para buscar la toalla cuando de repente siento que la puerta se cierra justo detrás de mi. Él se encargó de entrar al baño y encerrarse conmigo para poder darme un beso sin que mis padres se enterasen. Mientras me besaba yo acariciaba su parte delantera, esa parte que solo tienen los hombres. Una vez dejó de besarme me pidió que lo dejara para bañarse sino llegaría tarde a su primer día de trabajo. Estuvo alrededor de una hora encerrado y no avanzaba, ya se le había hecho tarde para ir a trabajar. Finalmente, salió y se vistió. Se echó perfume, aún recuerdo su olor. Me despido de mi madre ya que yo sería el que lo llevaría a su trabajo. A mitad de camino me pidió que me detuviera para fumar un cigarrillo.

Me detengo y comienza a buscar en su bulto pero no los encuentra. Se comenzó a desesperar y a molestarse consigo mismo, ese fue el primer aviso al que debí prestar atención pero por alguna razón no lo hice. Como no encontró sus cigarrillos se montó nuevamente hasta llegar a su sitio de trabajo. Una vez llegamos me da una serie de besos cortos y sale del auto.

-Te amo, ¿Lo sabes?- Le dije mientras lo observaba con anhelo.
—....-Luego de un corto silencio me miró, sonrió y se fue.

Lo que restaba de día, pasé esa tarde intranquilo porque estaba loco por saber de él. Le envío un mensaje al cual respondió unos minutos después.

-Mañana estaré solo, ¿Quieres venir a hacerme compañía?-Pregunté rogando que dijera que si.
—Claro pero ¿Estas seguro de que solo quieres compañía?
-Buenoooo- respondí mientras sonreía sin darme cuenta.

Luego de eso le envié otro mensaje para saber como le estaba yendo en su trabajo pero no obtuve respuesta. Era alrededor de las 11PM. Sentí un escalofrío y dije para mi, "aquí hay algo raro, algo no anda bien". Pensé que era solo cuestión mía ya que puedo ser un poco paranoico pero al parecer no eran cosas mías.... Decido acostarme a dormir porque al otro día debía madrugar si quería pasar todo el tiempo posible con él. Había algo que no me dejaba dormir, me encontraba tan inquieto esa noche que por alguna razón sabía que algo había sucedido. Cuando por fin estoy alcanzando el sueño siento mi teléfono vibrar. Era un mensaje de la hermana de la mamá de Gabriel.

-¿Está tu mamá despierta?- Me pregunta.
—No.-Respondí nervioso ya que nunca antes había recibido un mensaje de ella y menos a esa hora.
-¿La puedes despertar?, hallaron a Gabriel con una sobredosis frente a su trabajo. Lo llevaron al hospital pero se escapó y no sabemos donde se encuentra.

En el momento que leí ese mensaje mi vida cambió totalmente. No lograba comprender que había pasado, tan pronto leí el mensaje sentí las lágrimas recorrer mi rostro. Me levanté corriendo de mi cama y desperté a mi madre. En un momento de desespero por no saber nada de él decidimos dirigirnos hasta el hospital para intentar encontrarlo. A las 1 AM nos encontrábamos camino al hospital, me encontraba llorando y implorando encontrarlo. El ansia de saber si él se encontraba bien me estaba devorando el alma. En el momento que estamos cerca del hospital logro divisar una silueta, era él pero no la persona que yo conocía y a la que amaba. Su cuerpo no podía sostener su peso y caía de repente al suelo. Recuerdo la forma en la que lo encontré, tirado sobre una valla de retención llorando, gritaba desesperado. Mientras más lloraba más me dolía a mi verlo en esa situación. Como pudimos lo levantamos del suelo y lo llevamos dirección al hospital nuevamente pero allí no se podía hacer nada porque él se había escapado y el hospital no toma acción en casos así.

En ese momento yo no deseaba manejar, yo solo deseaba sostenerlo en mis brazos. Se recostó en mi regazo y al instante se quedó dormido. No soportaba verlo así y mientras acariciaba su pelo mis lágrimas se derramaban por charcos. En algún momento despertó y me estiró su mano, la agarré con fuerzas pero se quedó dormido nuevamente. Pasé mi mano por una pequeña marca que tenía en su antebrazo, nos decía que era culpa de un sartén caliente o eso le creímos. Las marcas de quemaduras no tienen relieve alguno pero las marcas de uso de droga si lo dejan. Hice caso omiso ya que no era algo que me preocupara por el momento. Una vez llegamos a su casa, lo levantamos para recostarlo sobre el sillón. Despertó y antes de irme me pidió que me quedara viendo televisión con él, que no lo dejara solo. Él debía descansar, no quería dejarlo solo pero era lo correcto. Tan pronto llegué a mi hogar me encerré en mi cuarto y comencé a llorar desesperado. Imaginen lo doloroso que es ver a esa persona que amas intentar levantarse pero su cuerpo no es capaz de sostenerse por si solo y se desploma hacia el suelo, no es una imagen fácil de borrar.

Un Amor Entre PrimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora