Día siguiente

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Despierto y siento mis ojos exhaustos. La noche anterior había llorado tanto que sentía como si se me fuesen a caer del rostro. Tan pronto abrí mis ojos desee que todo hubiese sido un mal sueño pero no lo fue, realmente sucedió y en ese momento comencé a llorar de nuevo. Al medio día suena mi teléfono, era la mamá de Gabriel llamándome. Respondo con ansias esperando escuchar la voz de él pero no.

-¿Pueden venir un momento?, acaba de despertar y está alterado.

Nos dirigimos a su casa. Una vez llegamos lo vi y no era la persona a la que yo conocía. Estaba alterado, asustado y ni siquiera sabia lo que había pasado. Solo recordaba que se le acercó una persona y le regaló un sobre de droga. Él como no estaba pasando un buen momento en su vida la aceptó. No supo manejar la dosis y sobrepasó el limite cayendo al instante en una sobredosis.

Pequeño inciso:
Él se fue para Estados Unidos con una pareja pero unos años después esa pareja lo echó a la calle. Vivió debajo de un puente por meses. Perdió su casa, su trabajo, su auto, en general perdió todo y su padre no aceptaba que era homosexual por lo que se alejó de él. Cayó en la cárcel por guardarle droga a un amigo(eso le dijo a la familia) le creímos porque no se notaba para nada que usara droga pero fue mucha la casualidad que cayó en la sobredosis con la misma droga con la que cayó en la cárcel en Estados Unidos. Al menos en el momento que pisó su país de nacimiento no estuvo usando drogas, cuando pasaba tiempo conmigo no se notaba que estuviese bajo los efectos de alguna droga. Ya en ese punto era demasiado tarde para alejarme, me había enamorado pero no conocía su historia al menos en su totalidad. Hay ciertas cosas inconclusas pero no soy quien para juzgar cuando no he pasado lo que él pasó. Confié porque a pesar de todo era familia, era mi primo y no deseaba darle la espalda en un momento como ese y si tuviera la oportunidad de nuevo la tomaría.

Aún tenía la misma ropa, no se había bañado. Tenía su pantalón mojado porque de camino al hospital los paramédicos le vaciaron una bolsa de hielo con agua fría encima. Él solo lloraba y no encontraba como mirarnos de lo avergonzado que se encontraba después de la situación en la que nos había metido a la familia. En lo más profundo de mi yo sabía que él no estaba bien mentalmente. Al menos cuando pasaba tiempo conmigo no demostraba algún problema sino que era una persona común y corriente pero tenía sus momentos que perdía el control. Lo dejamos a que se diera una ducha y ese día no lo volví a ver. Noche tras noche él se escapaba de su casa a caminar y nos mantenía a toda la familia con una preocupación de que fuese a hacer algo. Él decía que cuando usó la droga que no intentaba suicidarse que solo no supo manejarla pero como no se sabía la verdad le temíamos a dejarlo solo.

Un día le envío un mensaje para llevarle comida. Entro a comprar comida y lo recojo en su casa. Nos sentamos en un parque de pelota a comer y luego hablamos un rato. Realmente disfruté ese momento con él, lo extrañaba demasiado. Luego de hablar un rato me puse de pie frente a él y posé mi frente junto a la de él. Poco a poco me acerqué más hasta que pude besarlo y empezar a darle besos por el cuello. Le di un largo abrazo y deseaba pasar gran parte de mi día junto a él, no era perfecto y a pesar de que no conocía casi nada de su vida ya era tarde, el amor había tocado mi puerta. Si mal no recuerdo esa fue la última vez que lo vi, al menos cuando no estaba molesto conmigo.

La mamá comenzó a averiguar como internarlo en un centro de ayuda mental pero a espaldas de él. Un día se enteró y se molestó con la mamá, él pensó que yo sabía algo sobre el tema cuando no era así. Solo me dijo que él había confiado en mi y que yo le había dado la espalda, que él iba a buscar ayuda pero la forma en la que lo estábamos haciendo no era la correcta. La mamá firmó la Ley 408, en la que el tribunal cita a la persona y si no acude a la cita la policía sale en busca de él y lo llevan al internado por la fuerza. Solo recuerdo estar un día con mis amistades y él se me acercó y me dio un teléfono que le había prestado pero ni me habló. Minutos después me llegó un mensaje diciendo "Nos vemos, primo", luego me bloqueó. Él se fue de la casa de la mamá y no se sabe donde esté viviendo, lo único que sé es que lo han visto caminando en algún sitio del pueblo pero no sé bajo que condiciones estará viviendo. Sólo espero que esté bien donde sea que está y que sepa que realmente lo amé y que lo extraño con toda mi vida.

Lo más difícil es superar una situación como esa después de ver una persona en el estado de sobredosis. Lo vivi y puedo decir que es algo horrible. Aún 3 semanas después de ese evento cierro mis ojos y lo único que veo es esa imagen grabada ahí. Días después de que pasara, decidí tomar una ducha y en el momento que cerré mis ojos lo primero que me visualicé fue a él, comencé a llorar en el baño y la gran parte de ese día la pasé llorando. Lo extraño a más no poder, extraño escuchar su voz, sus abrazos y hasta su risa tonta. Jamás había amado a una persona como lo amé él y aún lo amo pero es solo cuestión de tiempo para que esos sentimientos se desvanezcan. A diario paso por las calles que me han dicho que lo han visto, no por ir a hablar con él sino simplemente por verlo y saber que está bien. En mi vida me he enamorado 3 veces pero ninguna resultó. Este fue el intento número 4 y dije al fin tendré la oportunidad de ser feliz junto a alguien y lo fui pero no por mucho. Lo que me trajo fue más dolor que felicidad pero esos momentos de felicidad no los cambiaría por nada. Todavía me pregunto, ¿Qué hubiera pasado si hubiese cogido mi teléfono y lo llamaba en vez de enviarle mensajes aquella noche? Tal vez me hubiera contestado y hubiera evitado todo este dolor que pasé y aún estoy pasando. En el momento que se separó de mi fue como llevarse una gran parte de mi. Desde ese día se llevó mi motivación de luchar por algo o hasta de vivir. Siento que perdí algo importante de mi vida y que no lo volveré a encontrar jamás. Se llevó todo lo que tuvimos y de paso dejó mi vida como una ciudad en ruinas. Mis ánimos no son los mismos, a cada rato que me acuerdo de él mis ganas de seguir caen al suelo como el polvo. En fin espero que si algún día lees esto sepas que realmente te ame, sino estoy ahí para decírtelo en persona aquí está la prueba.

Te amo, I. Gabriel

Un Amor Entre PrimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora