La esperanza de la realeza.

《V》

《El tiempo pasa y los lazos empiezan a crearse》.

Había pasado 3 años desde que lord keiran visitaba la mansión yedith, a los demás se les hacía normal verlo rondar alrededor de Ariana y tampoco se les hacia raro que zenit estuviera extremadamente pegada a su madre cuando el azabache estaba allí.

La pequeña oji celeste era muy celosa y posesiva con su amada madre.

El duque había notado el interés del hombre en su cuñada y estaba sorprendido, pero no decía nada ya que no tenia el coraje como para enfrentarse a esa mirada oscura del hombre misterioso.

La pequeña zenit ya tenia 4 años y ya hablaba con fluidez y caminaba. Aún le costaba algunas cosas pero nada le impedía aprenderlo.

Ese día las dos yedith habían decidió ir al pueblo a caminar.

-mami mami!, lucy dijo que hay nuevos  sobres en el pueblo -contó alegré la pequeña haciendo reir a la santa mientras le hacía una pequeña coleta a su hija y le ponía una capa de color durazno combinando con su vestido blanco con detalles rosa.

-si que te gusta escribir cartas hija.

Mientras las dos hablaban en la gran biblioteca, la cual fue un regalo del emperador.

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En uno de los días que Ariana visitaba el pueblo, más específico a la biblioteca pública sintió que los soldados del palacio la vigilaban más de lo normal o mejor dicho que una de esas miradas ya la conocía.

-mmm este ya lo leí el otro día, esté se lo leí a los niños ayer -tanteo los libros de allí con aburrimiento. Con certeza decía que ya se había leído la mayoría de los libros de ese lugar.

A ella le encantaba leer pero al parecer ya no había más libros que le llamaran la atención.

-oh disculpe.

Miro apenada al hombre con quien se choco el cual solo hizo una reverencia y se fue.

-...se me hace conocido -susurro mirando atenta al hombre que se iba de allí. El aura de esa persona era la misma al de alguien que conocía pero no lograba recordar quién.

Ella siguió viendo algún libro que le llamará la atención sin saber que el mismísimo Felix Loebein la vigilaba a pedido del emperador.

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-Felix -el pelirrojo miro atento al rubio que habia terminado de escribir algo -manda a construir una biblioteca privada en la mansión Alfierce, di que es un regalo mío.

Siguió firmando los papeles ignorando la sorpresa del oji gris que solo hizo una reverencia y salio de allí.

-"su majestad en verdad parece interesado en lady Ariana, me pregunto cómo reaccionará".

Rió por lo bajo al imaginar la reaccion de Ariana.

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Al otro día llegaron hombres del palacio que fueron directo a una de las habitaciones libres de la mansión y empezaron su trabajo.