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     Te sentaste sola en aquel banco solitario del parque que está en la esquina, querías reflexionar las cosas, todo lo que había pasado. Te dijiste que no llorarías, pero lo hiciste. Lloraste como nunca, te distes cuenta de quienes verdaderamente te quieren y los que no. Esas amistades que te dijeron y juraron que siempre te apoyarían fueron las primeras en abandonarte.

     El chico que te gusta, el que sabes que tienes que dejar ir ya que eres un desastre andante, el que sabes que estaría mucho mejor sin  ti en su vida (Pero tu no puedes vivir sin el), no sabes aun como decirle que ya no puedes estar con él.

     Te entiendo. Sé que estas cansada de lo mismo, que ya has pasado por esto.

También sé que has reflexionado sobre tu familia. Tu familia que le encanta andar hablando de cómo defienden a los suyos hasta al final pero es tu papá el primero en dejar que te griten y te digan cosas. Pero ellos ya saben que tu no te quedas callada, porque si el siendo tu papá  no te defiende lo tendrás que hacer tu.

     Quiero que sepas que sé de tus noches oscuras, donde piensas en volver a caer en tus viejos hábitos. Dónde piensas en cortarte hasta que tu brazo no tenga espacio para una cortadura más. Se que no duermes y qué te gustaría volver a empezar a tomar las pastillas para dormir por las noches de nuevo.

     Me duele, me duele saber que en realidad no estás en el banco solitario sentada, si no que en tu cama, llorando y sin nadie con quien hablar. Me duele que todo esto te este pasando, me duele decir que soy yo la chica sentada en su cama llorando mientras escribo esta primera entrada...








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CAPÍTULO DEDICADO A:

• Andrea Christina; por estar hasta mas emocionada que yo por la publicación de este libro.

Mente NocturnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora