Nueva crisis mundial

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Nueva crisis mundial

Producción, deuda pública y liquidez.

En una conferencia antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, comentaba ante un público incrédulo mi teoría sobre los vasos comunicantes. La globalización, la apertura de fronteras y la migración de personas de un lado a otro del mundo, desestabiliza la economía. Un desequilibro entre la gran cantidad de mano de obra disponible y el escaso poder económico para aumentar el consumo. Demasiado combustible puede ahogar el motor.

--Pensando en positivo: Espero que no llegue a griparse--.

Un fondo de inversión extranjero, puede llegar a un país y comprar todas las viviendas disponibles. Echar a sus inquilinos a la calle y dejar los edificios vacíos, esperando simplemente que suban de precio. Mientras tanto las familias que no pueden hacer frente a la subida de alquileres e hipotecas, se ven en la calle.

Especular comprando la tierra, el agua o el aire.

Una vez comunicados los vasos, para que la economía de los países pobres prospere, la de los países ricos a de descender, buscando de forma natural el equilibrio en la balanza.

Pero no hablamos de agua, no sólo se trata de dinero, hay un intercambio cultural: idiomas, religión y leyes. Ese escollo es el más difícil de salvar. Una integración cultural, incluso las que se realizaron por la fuerza a lo largo de la historia, resultaron infructuosas. Tras siglos y milenios, gran parte de la población mundial, se ha mantenido impermeable. Conflictos tribales interminables, que siguen activos desde el inicio de la civilización en oriente medio.

Los políticos proponen la solución multicultural: Un mundo donde no existen las razas, donde las personas son del mismo color, las religiones se unen y la riqueza se comparte. Una verdadera entelequia. Paja mental. Si bien, mediante el mencionado efecto de vasos comunicantes, la economía puede llegar a estabilizarse tras una larga crisis; la mezcla racial y cultural, es posible que no se produzca jamás.

La realidad puede verse en los Estados Unidos, guetos, barrios o distritos, separados por razas y religiones; sin hablar de la marginación que siguen sufriendo los nativos norteamericanos que sobrevivieron al exterminio. 

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