CUATRO|| Vampiro

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-Haru- Miro a Mika con una pequeña sonrisa, el chico sigue tan inexpresivo como habitualmente. - ¿Estás segura de que quieres ir sola afuera? Puedo...

-No te preocupes- Lo corto. Desde que ocurrió el famoso "accidente" y con el tiempo nos enteramos del daño que hacían los humanos a nuestro amado Yuu; Mika se había vuelto sobreprotector conmigo. Aquella faceta se volvía peor cuando oía que iba a salir al mundo exterior en búsqueda de alguna pista para poder encontrar a nuestro querido moreno, pensaba que en cualquier momento me podrían llegar a dañar. -Prometo volver antes del anochecer, ¿sí?

No lo llegué a convencer pero conseguí poder salir yo sola.

Las calles de Tokio eran tan silenciosas desde aquel accidente en el que medio planeta murió que me daban hasta escalofríos el tener que caminar por las calles llenas de blanca nieve y un horroroso silencio. Iba alerta, nunca sabía cuando me iba a encontrar con algún humano armado ni tampoco lo que me podía llegar a hacer. Me he vuelto ágil y tengo mejores reflejos e incluso puedo correr mucho más rápido que antes, después de todo esos son los costes por convertirse en vampiro. A lo mejor no era uno de pura sangre pero tanto Mika como yo éramos los más importantes para Krul-sama.

- ¡Yuu, corre! ¡Si llegamos tarde Guren se dará cuenta de que me has arrastrado hasta aquí cuando no debemos!

¿Yuu?

Comienzo a correr hacia donde procedía el grito, ilusionada de poder volver a verlo. Al llegar miré escondida a dos personas que andaban por las desiertas y blancas calles, una chica de pelo morado algo exaltada y un chico de morenos cabellos que no la hacía ni un mínimo porcentaje de caso. Lo miro ilusionada, alegre de poder volver a verlo, y hago que la chica caiga dormida mediante un truquito que me enseñó Krul-sama.

- ¿Uh? -Mientras me acerco a paso lento a ellos dos el chico mira desconcertado a su dormida compañera. - ¿¡Qué ocurre, Shinoa?!

Cuando él se agacha para ver el qué le ocurre he llegado a donde se encontraban y sonrío ampliamente mientras las lágrimas caían de mis ojos en cascada.

-Yuu... -El recién nombrado me mira sorprendido, como si fuese un fantasma. -Yuu... Yuu...

- ¿Qu... Haru? -Me pregunta sin creerse que esté delante suya. Asiento repetidas veces mientras llevo mis manos a mi boca para acallar mis sollozos. Deja corriendo a su amiga en el suelo y me abraza con tanta fuerza que casi tropecé. - ¡Haru, pensé que habías muerto! Dios... Cuanto me alegra saber que estás bien.

-Yuu... Gracias a Dios que he podido encontrarte. -Correspondo corriendo a su abrazo, hundiendo mi cara en su ahora fuerte pecho. Había pasado tanto tiempo que se había hecho más alto que yo. - ¿Estás bien? Los humanos no te habrán hecho daño, ¿no?

- ¿Los humanos? Pero si tú eres... -Se calla de repente, mirándome horrorizado. - ¿Qué narices te pasó, Haru?

-Yo... -Agacho la cabeza sin atreverme a mirarlo, recordando el cómo me convirtieron en esto. Las lágrimas que habían cesado volvieron a caer estrepitosamente. -Yuu, me han convertido en uno de ellos. No me quedó otra opción, me querían matar... Presencié lo de... Krul-sama fue la única que trató de protegerme pero una noche un grupo de... esos seres entraron en donde me tenía escondida, me obligaron a beber de su sangre y luego me... -Un nudo en mi garganta me obligó a callarme.

Yuu apretó más el agarre.

-Voy a matarlos, a todos. Por el daño que hicieron a mi familia y por lo que te han hecho a ti.

-Pero, Yuu, los humanos... Nos han dicho que te están tratando mal. ¿Estás bien? No debes de fiarte de ellos.

- ¿Quién te ha dicho esa trola? -Me acaricia suavemente el cuello, donde mantiene apoyadas sus grandes y cálidas manos. -Haru, estos humanos. -Señaló con la cabeza a su dormida compañera. -Me salvaron cuando huí de aquel horrible lugar en el que nos encerraron de pequeños. Cuando me di cuenta ya era demasiado tarde para poder ir a por ti, intenté volver a por ti pero nunca pude encontrarte... Pensé que... Pero te tengo delante mía, y me da exactamente igual que seas humana o vampiro. Haru, ven conmigo.

- ¿Que vaya contigo? ¿Cómo quieres que vaya contigo? Yuu, no puedo dejar a...

-Haru, por favor. -Al ver su mirada verdosa fija en mí no pude llegar a negarme. No quería dejar a Mika, pero podía volver en cualquier momento para decirle que Yuu estaba bien y hacer que se escapase conmigo, ¿no?

Vampira y humano (Yuuichirou Hyakuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora