Capítulo 8

1.9K 89 7
                                    

Hoy llegue a la oficina más temprano de lo común- después de lo sucedido tenía que hacer buena letra- fui directo a la cocina del personal, para hacerme un café ya que no había desayunado en casa. Y justo cuando estaba saliendo de la cocina con mi taza de café en la mano, entró Oriana a la cocina, nos chocamos y se me volcó la taza de café sobre mi pecho.

-          Ouch!- grité porque me había quemado-

-          Uy perdón, perdón- se desespero Oriana- ay ¿Qué hago? No se que hacer

-          Nada, no importa- yo empecé a desabrocharme la camisa- no pasa nada

-          Ah bue- lo dijo en tono babosa- ¿te vas a quedar en cuero adelante mío?

-          ¿y que se supone que debo hacer?- le mire los labios-

-          No me tientes- y de repente la estampé contra la pared- ay Julian, no seas bruto- lo dijo riéndose-

-          Te extraño- note como sus ojos se pusieron brillosos-

-          Julian, estamos en la oficina, basta- y no me importo, porque de todas formas la bese-

-          Ah bueno!- entró Pablo en la cocina- no sabia que habían vuelto

-          No- Oriana me empujo- no volvimos

-          ¿Qué haces en cuero man?- me dijo Pablo-

-          Se me cayó el café encima ¿no tenes una camisa para prestarme?

-          Si, anda a mi oficina que te doy una

-          No, para- escuche a Ori- ¿te vas a pasear así con el torso desnudo delante de todas las empleadas?- Pablo y yo la miramos- ¿Qué? No es una escena de celos ni mucho menos, es que queda poco serio

Y yo reí porque sabía que los celos le podían. Fui hasta la oficina de Pablo para ponerme la camisa, y volví a mi puesto de trabajo- la recepción- donde ya estaba Oriana sentada cumpliendo con su rol.

-          Ya que yo fui la responsable de que tu café se volcara, te hice otra taza de café- me señaló la mesa donde estaba la taza-

-          No hacía falta, pero gracias- hice una pausa- con todo el incidente que pasó, no tuve tiempo de preguntarte ¿Quién te convenció para que vuelvas al trabajo?

-          Tu hermana ¿quién más?- me miro- y estar bien con vos sirvió, mucho

-          Nunca te tendrías que haber ido- le dije serio- sea cuál sea el motivo, este es tu trabajo, no podes dejarlo por pavadas

-          No son pavadas- me miró- sos vos- y yo quede sin palabras- me mataba verte y que me trataras tan seco, pero ahora cambió todo por suerte

-          ¿y ese pañuelo?- recién ahora me había dado cuenta que llevaba un pañuelo negro en su cuello- ¿no te lo pensas sacar?

-          ¿estas seguro que queres que me lo saque?- yo la mire sin entender y entonces Oriana se sacó el pañuelo- ¿ves esa marca en el cuello? Es un chupon tuyo- volvió a ponerse el pañuelo rápidamente- te voy a matar

-          ¿no probaste sacártelo con pasta de dientes? Esa es buena

-          Obvio que intente- me lo dijo desesperada- ¿sabes cuanto tiempo estuve pasándome el cepillo de dientes? Y me quedo peor- y ese fue el momento que estalle de risa- ¿De que te reís?

-          Obvio que si te pasas el cepillo de dientes se te empeora, solo te tenes que pasar la pasta de dientes y darte un masaje

-          Bueno, después de acá vamos a mi departamento y me lo vas a sacar vos señor experto, porque vos sos el culpable de esta marca

-          Lo voy a hacer con mucho gusto- le guiñe el ojo y ella sonrió-

Y es eso lo que hicimos. Cuando termino nuestro horario de trabajo, fuimos en mi auto hasta el departamento de Oriana. Agarré la pasta de dientes y empece a masajear suavemente el cuello de Oriana hasta que desaparezca el chupon.

-          Listo- le dije a Ori cuando ya había desaparecido-

-          ¿ya está? ¿ya salió?- dijo sorprendida-

-          Obvio- dije canchero- tengo experiencia en esto

-          ¿perdón?- le salió la celosa de adentro- ¿no era que no te habías enamorado de nadie?

-          Eso no significa que no haya tenido experiencias con otras chicas- dije recostado sobre el sillón-

-          Ah bueno- dijo celosa y entonces yo la tironee de los brazos para que quede exactamente arriba mio-

-          Te amo

-          Yo también- sonrió-

-          ¿sabias que el “yo también” es el vuelto en caramelos de los sentimientos?

-          Ok ok- rió- te amo- y dejo un beso en mi boca-

-          ¿y el otro?- pregunte-

-          ¿Qué otro?- frunció el seño sin entender-

-          Francisco

-          Con Francisco sigo de novia- se levantó y quedo sentada en el sillón-

-          ¿y yo que rol vendría a ocupar en tu vida? 

Reencuentro-Orian-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora