Te entregué mi corazón

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Jimin se encuentra en su casa tomando un baño más que relajante en la tina, recordando como Yoon Gi lo dejó tirado allí. Reconoce que no se comportó muy bien, pero es su esposo y lo menos que podía hacer era ayudarlo a levantarse del suelo, él no pedía más, sólo ese pequeño gesto hubiese bastado.

Sí, Jimin y Yoon Gi están casados, hace cinco años se unieron en matrimonio ya que sus padres lo decidieron así... Jimin, un lindo y delicado demonio que usa su inocente rostro a su favor para hacerte caer en lo más profundo, para sacar de ti tus deseos más oscuros, y muchas veces para alimentarse de tu alma, hijo legítimo del rey del inframundo, el señor Lucifer, y por tanto, heredero al trono... Yoon Gi, el ángel más intimidante que haya existido jamás, con alas negras como la noche y tan grandes que duplican su tamaño, fuerte, seguro, e hijo legítimo de Dios, pero de un carácter tan voluble que parece un maldito demonio...

El cielo y el infierno llavaban tanto tiempo en guerra que ángeles y demonios se unieron en la única causa de volver a ser una familia, volver a tratarse como hermanos. Hicieron reuniones, visitas a ambos reinos y luego de varios comentarios, a favor y en contra, decidieron formar realmente una familia. Asmodeo (Park Jimin)  y Rafael (Min Yoon Gi), los primogénitos de cada reino, los herederos al trono, serían comprometidos para así consolidar la unión de ángeles y demonios, ni tan siquiera les pidieron su opinión, sólo se les fue informado luego de una semana, ya que ese día se conocerían.

Y así sucedió... La primera vez que Yoon Gi vio a Jimin quedó hechizado ante tanta belleza, sus labios rosados y carnosos, como sus pequeños ojos desaparecían ante su hermosa sonrisa que le daba cierto toque de inocencia, sus delicadas manos y sus increíbles ojos azules, todo en él era perfecto, tanto que parecía concebido por el mismo cielo.

Por su parte, Jimin cuando vio al ángel no pudo evitar odiarlo, por su causa le quitarían su libertad, ya no podría permanecer junto a quien quería ni hacer cuantas cosas quisiera. Unirse a ese ángel le arruinaría la vida, y ni tan siquiera podía pedir que cambiaran de opinión porque estaba en juego la paz de ambos reinos. Tampoco le pediría a su "prometido" que intentara convencerlos, no se rebajaría a ese nivel, y mucho menos podía pelear con él por el mismo tema de la paz, la hermandad, la unión, bla, bla, bla. Además de que tampoco se atrevería a enfrentarlo, ese chico emanaba poder, autoridad y hasta se atrevía a decir que en él veía algo de oscuridad, por lo que a pesar de odiarlo, muy en lo profundo, algo en ese ángel de mirada intimidante le atraía...

Ahora mismo por su cabeza rondan miles de recuerdos, recuerdos que lo hieren y que a veces le curan esas mismas heridas. A su mente llega el día que terminó su relación con Hoseok, o más bien el día que Hoseok lo dejó, cuánto lloró por tener verlo partir, pero al final comprendió que era mejor así, se dio cuenta de que este nunca lo amó tanto como decía. También recuerda la fiesta que se celebró en casa de los Kim, todo estaba increíblemente decorado y hasta la música era genial, apenas él y Yoon Gi aparecieron tomados de la mano, todos los miraron fijamente, impresionados por lo bien que lucen juntos, envidiosos por no estar en su lugar y hasta juraría haber visto algunas miradas de odio total, al parecer, varios corazones quedaron rotos al enterarse de tal unión.

Ese día, Jimin como siempre, vestía completamente de blanco, llevaba un traje que se amoldaba perfectamente a su cuerpo y resaltaba increíblemente su linda figura, contrastando así con su sedoso cabello tan negro como la misma noche. Mientras Yoon Gi vestía como habitualmente lo hace, un traje impecablemente negro, dándole un toque algo oscuro y seductor, haciendo que a pesar de nunca pasar inadvertido, resalte aún más, contrastando con su cabello tan blanco como la nieve... Uno era el complemento perfecto del otro, encajaban tan bien que parecían haber sido creados para estar juntos, eran como el Ying y el Yang, como la luz y la oscuridad, como el bien y el mal, como la guerra y la paz, como la vida y la muerte, como el amor y odio, no puede existir uno solo, deben estar los dos para que cada palabra y sentimiento adquiera significado, y eso precisamente sucedía con ellos, al estar juntos no había forma en que pasaran inadvertidos, era su unión la que reinaba en el lugar, eran esas cualidades de ambos, tan distintas y tan parecidas al mismo tiempo que todos por un segundo, a pesar de los celos y la envidia, tuvieron que reconocer que eran la pareja perfecta, que esa unión había sido planeada así desde mucho antes de la existencia de ambos, el universo había querido que fuese así, y así debía ser, estarían juntos durante toda su vida.

🔥Drag Me To Hell🔥 (Arrástrame al Infierno) - "Yoonmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora