#13: ¿¡Aventura en el Infierno?!

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Wendolyne y yo seguiamos bajando por la inmensa cueva que segun Cynthia dirigia al Infierno. Ibamos en silencio, no queriamos desgastar oxigeno y no queriamos cansarnos tanto antes de llegar. Sabiamos que seria un objetivo dificil, pero al final la recompensa valdria la pena:

-Entonces... Por uno la llevamos todos eh?- rompi el silencio

-Si... ademas, soy tu guia dejarte solo contra el mayor de los seres infernales seria malo para mi... Perder al mensajero en manos de otra persona... Seria inaudito-

-En fin- suspire -Gracias por acompañarme, la verdad no me sentia muy agusto estando solo-

-No me lo agradezcas, no es que yo quisiera venir por supuesto-

Sonrei. Caminamos unos minutos mas cuando en un suspiro que di, vi humo salir de mi boca y un gelido escalofrio recorrio mi espina dorsal. Vi que Wendolyne comenzaba temblar y tambien salia humo de su boca:

-N-no, se su-supon-e, qu-que el In-fierno es calien-te?!- me pregunto Wendolyne temblando de frio

-N-no se... Nun-ca, he es-estado ahi- dije tambien tiritando

Caminamos un poquito mas, para ese punto donde estabamos ya no se veia la luz de donde habiamos entrado. El frio se estaba haciendo insportable y pensamos que moririamos congelados (tener esos pensamientos cuando ni siquiera habiamos llegado ¡vaya optimismo!) hasta que vimos una luz entre azul y blanca en un plano que ya no estaba inclinado:

-¿Sera ese el fin de la cueva?- pregunte

Cuando llegamos a donde estaba la luz, vimos a un señor con una barca en lo que parecia ser un rio, el cual desprendia un brillo verde-azuloso. El barquero nos vio y no señalo:

-¿Quienes son ustedes?- dijo con voz rasposa

-Mi nombre es Lance Carpenter y ella es mi guia Wendolyne. Soy un mensajero de la Muerte-

El viejo se nos quedo viendo extrañado:

-¿Mensajero de la Muerte? ¿Y que hace alguien como tu por aqui?-

-Vinimos a visitar al Infierno- dije sarcasticamente

-¿Tu? ¿Que no ustedes tienen sus propios metodos para llegar?-

-Los teniamos, ahora, llevanos alla por favor- dije tratando de abrirme paso. El barquero me tomo del brazo y me aparto:

-Niño, solo almas pasan por aqui. Tengo estrictamente prohibido transportar a un ser corporeo hacia el Infierno. Ademas ¿para que vas? Es un lugar horrible en todos los aspectos-

-Necesito realizar algunos asuntos por alla- le respondi

El barquero meneo la cabeza:

-Niño: ordenes son ordenes. Vuelve por donde viniste, no podras convencerme-

El barquero me dio la espalda. Ya no se me ocurria nada para tratar de convencerlo. Pero de la nada el barquero se detuvo y volteo hacia mi de nuevo:

-Aunque... hay una forma de que te deje pasar- dijo con tono misterioso

-¿Cual es?- le pregunte con preocupado interes

-La moneda que traes... es justamente lo que quiero- dijo señalando el bolsillo de mi pantalon.

La moneda. La guadaña. Queria mi guadaña ¿era algun tipo de trampa? ¿queria mandarme desarmado al Infierno? Pero en fin, si queria volver a ver a Amanda tenia que tomar los riesgos. Saque la moneda en forma de calavera y la lanze al barquero. El la atrapo habilmente y sus ojos brillaron:

-Fascinante...- susurro y despues nos miro a Wendolyne y a mi -Pueden abordar-

Wendolyne y yo subimos al barco. Apenas pusimos un pie en el barco y muchas voces surgieron del rio. Los 2 miramos hacia abajo y vimos que habia cientos y cientos de fantasmas gritando en el rio. El barquero subio y comenzo a golpearlos con el remo:

El Mensajero de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora