En el bosque ~STONY~

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Cuando su jarrón, con los botones que recolecta, llega a cinco algo cambia. Sharon regresa con la fuerte tos. Sus brazos tienen cortadas, el poco cabello que llega a volver, cae.

Steve cree que algo hizo mal el día anterior porque antes había funcionado. Tal vez no recogió el botón con más color o no creyó lo suficiente en el brujo.

Esta noche lo repite, se toma su tiempo escogiendo. Bebe el té tranquilamente, piensa y rememora en el brujo. Su suave cabello, su figura pequeña, los hermosos ojos.

Para el siguiente día, su esposa no empeora pero tampoco mejora. No piensa mucho y regresa con el brujo.

El brujo es amable, una buena persona. No pregunta mucho y los hace pasar, parece preocupado.

La cabaña huele diferente, canela, azúcar quemada y vainilla. Cómo sus galletas favoritas, las que su esposa dejó de preparar.

"La maldición que tiene es fuerte pero pronto terminará", Reitera el brujo, es tan amable que sugiere otro hechizo. Y de nuevo deleita al rubio con su encanto.

Cuando la luna esté en lo alto
Sal y cumple este acto
Toma dos capullos de flor
Los que tengan más color

Pon una flor sobre tu esposa
La otra donde tú mano posa
En la mañana toma las flores
Y colócalas en el jarrón.

Para ti, toma este té
Que limpiara tu mente
Cree y piensa en mí 
Y lo cerca que estoy de ti

Steve agradece y pregunta sobre el pago. El brujo no va tras dinero, les comenta. Cuando la maldición se eliminé recibirá su pago. Algo simple. Y Steve ahora sabe que el brujo es amable y desinteresado.

Son las diez y su rutina llega. Su esposa descansa tranquilamente con una mano en su pecho. Escoge una flor azul para ella y una rosa para sí.

Una flor para ti mi esposa. Un té y una flor para mí. Escoge el mejor sitio para beber y relajarse.

Las instrucciones le dicen que piense en el brujo y le es fácil. Ese hermoso hombre le ha robado unos cuantos suspiros. Imagina tocar el cabello, tocar sus labios con los dedos. Deja que vuele sus pensamientos, eso le pidió el brujo.

Piensa en estar cerca de él, tomarle de la mano, besarle la mano. Una sensación cálida se posa en su vientre. Sin querer va más allá. Piensa en rozar sus labios con el castaño, poseer sus suspiros. El brujo es tan bueno y amable que le deja fantasear con su esencia, su cuerpo y su alma.

Es de mañana y Steve durmió en el mueble, aún sostiene la flor por suerte.