Capítulo cinco.

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Sintió como alguien le empujaba. Estaba durmiendo tan plácidamente que no le importó lanzar un golpe hacia quien quiera que le estuviese molestando.

La persona que interrumpía su sueño logró detener aquel golpe, cosa que le sorprendió.

Al instante se levantó, encontrándose con la cara sonriente de Kira.

-Tuviste suerte, no te comió ningún lobo u oso.-

Kin le vio molestó. Fue su culpa en primer lugar que haya terminado desmayándose a causa del cansancio.

-Vamos, no me mires así. Yo también uso ese tipo de sellos, y son mucho más pesados que los tuyos, así que no te quejes.- Se quejó la mayor.

Le tendió la mano, la cual el menor tuvo que aceptar. Con ayuda de Kira, logró ponerse en pie firmemente.

-Bien, sólo lograste darle una vuelta a la montaña, que no está mal a decir verdad.-

El rubio miró hacia otro lado, sonrojado ante aquel cumplido, pero aun así enojado ante aquel entrenamiento.

-Venga, come un poco, pronto debemos comenzar a movernos.- Le extendió un plato con carne.

Ambos comieron en silencio, mientras veían las estrellas que alumbraban el bastó cielo encima de ellos.

Cuando terminaron, Kira se deshizo de cualquier pista que le dijera a alguien que ellos habían estado allí. Guardo la bolsa de dormir en la mochila y se levantó del suelo.

-Bueno, el viaje será largo, así que mientras más nos apresuremos, mejor.-

El menor asintió y ambos comenzaron a caminar, ya que el oji-azul aun no se acostumbraba a los sellos de gravedad.

-¿Qué tal si me enseñas otro arte ninja mientras tanto? Dudo que me acostumbre a estos sellos pronto.- Se encogió de hombros.

La mayor lo pensó durante un momento, antes de finalmente aceptar.

-Bien. Segundo arte shinobi: Ninjutsu.-

Realizó un par de sellos. En su mano se creo lo que parecía ser una esfera de aire comprimido.

De alguna manera, aquella técnica le recordaba algo, pero no sabía muy bien que era.

Fue como si una idea se le hubiera cruzado de la nada, y comenzó a realizar un par de sellos de mano. Hubo una pequeña explosión de humo antes de que una copia exacta a él se hicieran ver.

No le tomó mucha importancia y siguió con lo que estaba haciendo, mientras el clon se acercaba a él.

Con su mano extendida, él y el clon comenzaron a hacer ciertos movimientos alrededor de la mano del Kin original, mientras una esfera de energía azul se hacía presente en la mano del rubio. En cuanto terminó, el otro Kin desapareció en una explosión de humo.

Dándose cuenta de lo que estaba haciendo y perdiendo su concentración, la esfera de chakra estalló, enviándolo al suelo.

-Eso me demuestra que si te enseñaron en las artes ninja, por lo menos el ninjutsu. Eso que hiciste primero se llama Kage Bunshin No Jutsu (Justu Clones de Sombra), el cual permite a la persona crear copias de sí mismo que te ayuden en batalla o para recolectar información. Lo otro que hiciste se llama Rasengan, técnica del Yondaime (Cuarto) Hokage que mostró en la Tercera Gran Guerra Ninja.-

El rubio con marcas en las mejillas miró con confusión sus manos, sin saber exactamente por qué había hecho aquellos sellos como sí nada.

-Hay algunas técnicas que una persona llega a utilizar en más de una ocasión, o que práctica tanto que se les queda de memoria, como es en tu caso. Es como el aprender a hablar, escribir, o incluso respirar, se queda en la memoria.-

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