19.- Lo lamento

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Jieun.

No se sorprendió al ver a YoonGi salir del lugar rápidamente arrancando, como si ya estuviese acostumbrado. Tampoco se sorprendió cuando su teléfono vibró con urgencia, con el nombre de Jeon marcado en él. Jieun tomó una gran bocanada de aire. No estaba bien, no estaba bien que a pesar de todo su corazón se sintiera tan lastimado solamente por anhelar algo que nunca sucedería, ella siguiera tratando de ayudar a la persona que una vez le rompió el corazón. Así que sólo se limitó a caminar tras él, obligándolo a que girara para encarar su presencia casi prepotente. Él tragó saliva tratando reunir todos sus sentimientos mezclados y le hizo frente con una de sus mejores caras falsas.

— ¿Por qué sigues huyendo? — Le preguntó una vez que formuló bien lo que debía decirle, puesto que el chico apenas escuchara alguna palabra de ella, se escaparía como solía hacerlo siempre.— ¿Por qué huyes de tu propia felicidad cuando puedes tenerla sin complicaciones? Algunos de nosotros no podemos permitirnos amar a la persona que queremos porque ni siquiera nos pertenece.— El pálido retrocedió parpadeando aturdido mientras tragaba las palabras que la chica le había dicho con gran simpleza, pero profundidad a la vez. — Deja de ser un idiota. Tienes tanto miedo de perder lo que te gusta que terminarás asfixiándote en tu retraído corazón. Deja de ser un puto cobarde, Min.

—  No tienes ningún derecho por sobre...

— Ya es suficiente daño, Jeon y tú  no merecen más dolor, ya han sufrido bastante. — Tomo su brazo para que se quedara. — Por favor....no le sigas rompiendo el corazón —  YoonGi le dedicó la peor mirada que pudo dar, pero Jieun pudo divisar el rastro de dolor que había detrás de esa máscara. El pálido se soltó bruscamente de su agarre y se alejó de ella sin responder.

Cansada pateó el suelo y entró a la casa solo para ver cómo Jeon estaba derrotado en el suelo, con un montón de gente rodeándolo. Se apresuró lo más que pudo, se sacó la chaqueta que llevaba puesta y se la colocó en la cabeza para que no le siguieran viendo y lo ayudo a levantarse. Yugyeom llegó a su lado a los segundos después.

Sinceramente estaba cansada. Llevar el vagón emocional de Jeongguk era algo que ya comenzaba a sobrepasarle, pero aún así no podía quejarse, se había convertido en un factor importante para la vida del castaño. Él la necesitaba en todos los sentidos, sobre todo después de que prácticamente se había alejado de sus amigos al nivel que apenas hablaba con ellos.

Pero Jieun sabía que aquello no pertenecía a ningún beneficio más que el de la amistad. Ya que en el fondo, ella sabía que Jeongguk siempre estaría enamorado de Min.

— Iremos a casa, no te preocupes. — Jeon se aferró a ella mientras que un llanto silencioso abundaba en el lugar. — Todo estará bien, Jeon. — Lo ayudo a subirse al auto. — Lo acomodó en el asiento trasero y dejó que Jeon se derrumbara en él. Hizo una mueca de tristeza y se sentó en el piloto, esperando a que Yugyeom se sentase en el copiloto.

La respiración entrecortada y dolorosa, las gotas de sudor, sangre y lágrimas que caían por su cara era nada más el presuntuoso recuerdo de que había perdido lo que más amaba esa noche, o incluso lo que había perdido desde hace mucho antes. Y Jieun se había dado cuenta de ello.

La castaña apretó las manos en el volante, solo esperaba que YoonGi pudiera darse cuenta de una vez que estaba lastimando a una de las personas más preciosas que podían haber existido en todo el mundo y que el llanto, la pena y el desahogo valiera la pena porque esa sería una larga noche.

ANATOMÍA [KOOKGI].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora