Conozco a percy... En la ducha

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Después del escándalo Sam me llevo a la "gran casa"
-esto es imposible!- seguía gritando el señor en pescadores
-Rachel? Estas bien?- preguntó Quiron a la chica que se había desmayado
-si, fue una profecía verdad?- preguntó Rachel
-si, una muy poderosa, será mejor que vayas a descansar- la chica asintió y subió las escaleras, Quiron suspiro y me miro
-que pasa?- pregunte nerviosa
-eh..-
-lo que pasa?! Quieres saber lo que pasa?!- preguntó el señor de pescadores
-Dionisio, cálmate- reclamo Quiron, Dionisio respiro y se sentó
-mira, Anneke, sabes que un semidiós es combinación de Dios y mortal- asentí -bueno, en tu caso, no fue solo un Dios, fueron todos- mis manos volvieron a temblar
-que?- pregunte con un hilo de voz
-hay una profecía, un semidiós será elegido para portar los poderes de todos los dioses- explicó suavemente -tu madre, fue elegida por los dioses para cargar con el semidiós de la profecía, pero ella no fue lo suficientemente fuerte así que...-
-falleció- conteste con un nudo en la garganta
-si, Anneke eres la hija de los dioses, la semidiosa de la profecía-
-quiero ir a casa- conteste apretando mis puños
-que?!- reclamo Dionisio pegándole a la mesa, en un ataque de ira levanto su mano en forma de mandar algo hacia mi, pero cerré los ojos sintiendo una fuerza interna. Abrí los ojos cuando escuche un respiro fuerte, vi a Dionisio que se mostraba impactado con una mano al aire apuntándome, voltee a Quiron y a Sam y ambos estaban sorprendidos. Mire abajo donde había unas enredaderas que tenían pequeñas uvas intentando llegar a mis pies pero parecía que una barrera lo impedía
-pero... Ella usó un rayo contra una dracaena!- exclamó Sam
-y ahora esta usando tus poderes, Dionisio- contestó Quiron. Dionisio bajo su mano y las enredaderas desaparecieron
-tengo que ir al Olimpo- dijo Dionisio pálido. Un fuerte dolor apareció y cerré los ojos
-Anneke, estas bien?- preguntó Quiron, abrí los ojos y él volvió a sorprenderse
-que pasa?- pregunte
-tus ojos... Son morados- contestó Sam
-que?- me acerque al primer espejo que vi y mire mis ojos -pero... Mis ojos son de color café- murmure asustada
-asumen el color del Dios- contestó Dionisio -asumiste mi poder, morado- respondió calmado y en tono sabio
-creo que ya pasaste por mucho Anneke, te llevare a tu cabaña- dijo Quiron
-pero no hay cabaña para ella- contestó Sam
-si la hay, esperamos por esto- respondió Quiron -sígueme- asentí y lo seguí. Al salir de la casa todos los campistas miraban por sus ventanas, en ese momento me dio vergüenza traer pijama.

-entonces siempre será así?- pregunte quitando las ramas del camino
-suponemos que si- contestó
-y... Que les pasara a mis padres?- pregunte un poco triste imaginándolos entrando a mi habitación para despertarme pero sin nadie en la cama
-se les mandara una carta, ellos saben que eres una semidiosa- me detuve
-que?-
-si, por eso se mudaban mucho, hasta que llegara el momento te trajeron a Nueva York- explicó -llegamos- vio hacia una cabaña que tenía un lago a lado, un pequeño patio atrás, un enorme árbol junto y un puente para entrar
-esa es mi cabaña?- pregunte
-solo tuya- lo mire sonriendo, camine por el puente y subí las escaleras que guiaban a la puerta. Lo primero que vi fue el signo de un son con doce rayos y lo toque
-estos rayos representan a Zeus, Poseidón y Hades- explicó señalando tres grandes rayos -estos representan a Hera, Hermes, Apolo, Artemisa, Ares, Demeter, Dionisio, Atenea, Hefesto y Afrodita- señalo todos los rayos de afuera
-pero.. Son 13- conteste, el señaló uno de los rayos grandes
-Hades, no se cuenta- respondió
-por que no? Quiero decir, es uno de los dioses importantes- el sonrió cálidamente
-problemas familiares- solté un pequeño "oh" como respuesta -entremos- aviso y abrió la puerta de la cabaña. Había una cama enorme en la que fácil cabrían 3 personas, había un espejo, un cuarto que al parecer era un baño y en la pared había otro símbolo del sol, dibujado en grande.
-espero que disfrutes tu estadía, debo volver- dijo Quiron, yo asentí levemente y el salió dejándome sola por completo. Enfrente de la cama había un baúl con mi nombre, me acerque a el y lo abrí. En el había una camiseta de color naranja, unos jeans y unos tenis que parecían de mi talla. Tome la ropa y entre al baño, donde me quite mi ropa y comencé a bañarme. Tenía polvo dorado en la cara y restos de ceniza por todo mi cuerpo, mientras enjuagaba mi cabello mire hacia la ventana que tenía el baño. No le di importancia y seguí con lo mío, hasta que una extraña sensación en la tierra me hizo voltear (si, sentí los pasos de alguien). Mire al chico que al parecer no sabia que era una ventana que dirigía a mi baño hasta que grite lo cual causó que el gritara también. Me cubrí y pensé "trágalo tierra", mal hecho. En primera, había dicho mal la frase, y en segunda hice que la tierra se abriera y se tragara al chico. Me cambie lo más rápido posible y salí corriendo hacia el patio de atrás donde se encontraba el pervertido. El chico gemía del dolor dentro de un pozo de tierra
-ey!- le grite un poco enojada, el chico volteo y podía notar que estaba sonrojado de la vergüenza
-lo siento, no era mi intención, en serio- respondió poniéndose de pie pero aún así el pozo era mas grande
-quien eres?- pregunte
-Percy Jackson, hijo de Poseidón- contestó levantando sus manos en forma de paz. Bufe y le ofrecí una mano, el subió con mi ayuda y sacudió su ropa que al parecer era igual que la mía; misma camiseta color naranja y jeans.
-Percy Jackson- repetí, su nombre me sonaba tan familiar -hijo de Poseidón, que hacías aquí?- pregunte
-vine a presentarme, Quiron y Annabeth me hablaron de una chica de la profecía- contestó y suspire. Ahora así me conocerían, como "la chica de la profecía"? Siempre había sido etiquetada, desde fenómeno hasta rara. Sacudí el mal recuerdo de mi mente
-estas bien?- le pregunte viendo que sus jeans se había roto
-si... Ah!- intento caminar pero al parecer tenía un esguince en su tobillo
-déjame ver...- lo hice sentarse en la tierra. Le quite el zapato y mire la inflamación, fácil, hielo y ya. No tenía idea de como sabia eso, pero era bueno saberlo, creo.
-tienes un esguince- avise intentando tocar su pie pero el gimió al sentir mi mano -tranquilo bebe, solo ponte hielo- le di un pequeño golpe en su pie y el grito
-tenias que hacer eso?!- me reclamo, reí y mire alrededor para ver si algo servia como venda o como bastón
-espera aquí- le dije y corrí hacia adentro para ver si había algún botiquín. Mire dentro de mi baúl y tome la caja con un símbolo extraño (dos serpientes rodeando un bastón con alas), puedo jurar que el botiquín no estaba cuando lo abrí por primera vez. Salí de la cabaña y mire a Percy, sentado a la orilla mientras sus pies tocaban el lago.
-que estas haciendo?- pregunte y me miro por encima de su hombro
-hijo de Poseidón recuerdas?- lo mire extrañada y me acerque hacia el para ver que estaba haciendo. Mire su pie y ya se veía mejor, no estaba inflamado ni rojo, no había rastro de esguince.
-como...?- tome su pie del agua y lo examine
-emmm...- después de darme cuenta de lo que estaba haciendo baje su pie avergonzada, me obligue a mi misma a verlo porque de verdad quería saber como había hecho eso -cuando eres hijo de Poseidón, el agua se vuelve tu fuerza y extrañamente cura, pero solo a los hijos de Poseidón- se puso de pie y me ofreció su mano
-es hora de cenar- menciono y asentí, el caminaba perfectamente bien
-cual era tu nombre?- preguntó
-Anneke- respondí con mis manos en mis bolsillos
-hija de...- espero a que terminara la oración, lo pensé por un segundo
-soy Anneke, hija de los Dioses- termine y algo en mi sabia que ese nombre me traería muchos problemas.

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Perdóneme! Se que no he actualizado esta historia y lo lamento! Subiré más capítulos, lo prometo. Una pregunta, quieren que siga Percabeth o que Percanneke comience?

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2015 ⏰

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Percy Jackson y la Hija de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora