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Al entrar al aula voy directamente al primer puesto de la fila junto a la ventana. Por alguna razón, siempre me ha gustado sentarme ahí, puede que sea por que me encanta escuchar cantar a las aves.

El aula está casi lleno. De pronto llega Sam y todas las chicas se le quedan mirando un largo rato.

Miro hacia la ventana pero de reojo puedo ver que me mira.

Quizás no sea así y solo está mirando también a la ventana.

Puede que sea eso.

-Largo -le dice Sam al chico que esta sentado en el primer puesto de la fila junto a la mía. Los asientos son individuales.

Un poco menos, y el chico sale disparado de ahí.

Sam se sienta como si nada y empieza a mirar hacia cualquier parte.

Saco de mi bolso los libros y cuadernos y espero a que comience la clase.

-Buenos días chicos -dijo el profesor de historia, con el que nos toca ahora la clase.

-Les traigo buenas noticias. -dice el profesor abriendo su maletín- Examen sorpresa!

En el aula se puede escuchar quejidos y un sutil pero audible "buuh"

•••••

Estaba fácil el examen.

Al sonar la campana para el segundo receso los alumnos salen rápidamente del aula.

Se queda vacío.

Menos yo, que siempre me demoro más en guardar mis cuadernos.

Se cae al suelo un libro, y siento un dolor en el corazón.

Mi libroooooo!

Antes de agacharme para recogerlo, Sam lo toma y lo mantiene en sus manos.

¿Y este cuando llego?

Miro el libro, luego a él.

Sam me mira con indiferencia, pero se le escapa una sonrisa de medio lado.

¿Sera que lo divierto?

Ay madre santa, que sexy.

Si me sigue observando de ese modo me va a dar algo.

-Em... ¿Me podrías pasar mi libro por favor? -pregunto alargando el brazo para poder alcanzar mi libro, pero en eso, aleja el su mano con mi libro.

-Vaya Gemma, si que has crecido... -dice mirándome desde mis pies hasta mi rostro.

Es mucho más alto que yo, le llego a los hombros, y eso que soy alta.

-Okey, ¿devuelveme mi libro?

De nuevo lo hace, pero ahora levanta el brazo lo que hace que me ponga de puntillas para tratar de alcanzarlo, pero, haciendo esto, su rostro esta muy cerca del mío.

Demasiado.

Mira hacia mis labios y yo no puedo dejar de mirar sus ojos azules.

No.

Me alejo de el un poco y termino de arreglar mis cosas.

Sam deja el libro en la mesa.

-¿Sabes? Para la próxima me sentaré contigo. Ya sabes... como la última vez.

Le quedo mirando sin mover un dedo.

-Nos vemos Gemma -dice y luego sale por la puerta de la sala.

Vaya... Pareciera que irradia una droga que hace que me ponga tonta.

¿Recordó mi nombre?

 

Seré tu tutoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora