Cap. 2.

1 0 0
                                    

- Lauren Hawk? No tengo ni idea de como has conseguido que nos invite a su fiesta, pero no pienso ir. Creo que es una situación por la  que no  tengo muchas ganas de pasar. - le contesté sin inmutarme. De verdad que no pensaba ir, Lauren es la chica más popular de todo el colegio y sinceramente no creo que yo sea muy bienvenida por allí. 

- No acepto un no por respuesta. Tú vienes y punto. ¿No te apetece desconectar por un rato  de tu  posición social de intensa constante? - Anne levantó una ceja. Cuando hace eso ya lo tengo todo perdido. - Nos lo pasaremos bien, ya verás.

-  No quiero tenerte que estar cuidando mientras estás borracha. Así que nada de alcohol. Esa es mi condición. - contesté tajante.

- Hecho. ¡Vas a ir a una fiesta! Mañana nos vamos de compras, he visto toda tu ropa y nada es digno de llevar. Tienes que deslumbrar, ya que vas, pues que seas la más guapa. Bueno, ¡adiós!- y de repente  se levantó y se fue, dejándome con cara de aturdida. 

Después de comer tengo teatro, así que me dirijo al salón de actos. 

Al entrar vi algo inusual, alguien estaba usando la silla en la que me siento normalmente. Como somos pocos, siempre hacemos un círculo con las sillas en el medio del escenario, y hoy había un pelinegro sentado en el lugar que yo suelo ocupar. 

¿Que hace Alex Brown aquí?

Tampoco es que lo del sitio sea la gran cosa, quiero decir, puedo coger otra silla. Lo que me llamó la atención fue que él (al menos por lo que yo sé) no estaba en el club de teatro. Mis dudas se resolverían unos minutos más tarde. Tal  y  como he dicho antes, cojo una silla y me coloco a su lado. Él se da cuenta de mi presencia  y da un respingo, estaba absorto en su libro, igual que antes. Orgullo y prejuicio asomaba entre sus dedos. No pensaba que le gustaran las novelas románticas. Me miró con una pequeña sonrisita, aunque enseguida volvió a su clásica mirada fruncida. Yo le miré sin entender la  gracia de la situación.

- ¿Te has apuntado a teatro? No sabía que te gustaran estas cosas. - Solté, de sopetón.

- De hecho me encantan las artes escénicas. Además, ¿por qué deberías de saberlo? Juraría que no habíamos hablado nunca. - Me respondió tras una mirada confundida de un milisegundo de duración. 

- No lo sé, compartimos algunas clases.  No tienes pinta de alguien a quién le guste el teatro. Bueno, aunque tampoco tienes pinta de alguien que leería orgullo y prejuicio. -  Me encogí de hombros. 

- ¿Y de qué tengo pinta?

- De alguien que leería Stephen King un viernes 13 a las 3 de la madrugada.- Soltó una carcajada. Yo también. - Bueno, ¿me vas a decir ya por qué te has metido a este club ahora, a mitad de año?

- No exageres, no estamos a mitad de año. Terminamos en junio, y todavía estamos en noviembre. - me corrigió. Minucias. - Estaba en el club de lectura, pero no terminé de hacerme al sitio, así que simplemente cambié de club. 

- Te podrías haber esperado a terminar el semestre, ¿no?

- Bueno... había gente en el club con la que no quería tener mucho que ver. Dejémoslo así. - hizo una pausa, supongo que para pensar que decir después de eso.- ¿Por qué no me cuentas que hacéis aquí?

- Pues, durante este semestre estamos ensayando The crucible de Arthur Miller. Trata de las brujas de Salem,  supongo que te sabrás la  historia. Es bastante interesante, si te digo la verdad. Se acaba de quedar un papel libre, así que si te lo aprendes antes de navidad seguro que puedes actuar. - Parece que le  hacía ilusión. Su sonrisa es muy bonita. 

En ese momento entró todo el mundo. El señor O'Sullivan (profesor de teatro) le hizo unas pequeñas pruebas a Alex, y de verdad, actúa de maravilla. Le dieron el papel. Finalmente salimos juntos de allí. Por fin se había acabado mi día, que ganas tenía  de llegar a casa.

- Pues... nos vemos por ahí - le dije cuando llegamos a la puerta del edificio.

- Espera, una cosa. - dejó de caminar.- ¿Un día de estos me puedes ayudar a ensayar el papel? Como he empezado tarde quizás necesite practicar un poco más. 

- Claro, dame tu móvil.- me tendió el aparato.- Aquí está mi número de teléfono. Cuando quieras quedar para ensayar mándame un mensaje. - le entregué su teléfono móvil y comencé a caminar en dirección a mi bicicleta. 

Al entrar a casa ví el coche de Ezra aparcado en su plaza habitual, cosa que me alegró bastante. No le había visto el día de antes ya que había estado todo el fin de semana dando conferencias en el Reino Unido. Al entrar la casa estaba en silencio, así que supuse que estaría durmiendo. Me sorprendió el ver a una figura femenina sentada en el sofá prácticamente en bragas. Recordé que mi tío llevaba unos meses saliendo con Rachel, una rubia de pelo largo y largas piernas, aunque solía estar diferente cuando venía a casa. Por lo menos vestida. Desde que la conozco, nunca me ha caído bien. Tiene unos 24 años y estudió en una universidad privada, aunque tampoco le hiciera demasiada falta.  Esta forrada en dinero. Me suelo preguntar  si es eso lo que atrae a Ezra a ella, quién sabe. Pasé por delante de la televisión en dirección a la cocina a ver si había algo para picar, y Rachel (que se acababa de dar cuenta de que yo había llegado), me informó de que mi tío estaba descansando, y siguió viendo su novela sin inmutarse lo más mínimo. No tenía muchas ganas de lidiar con ella así que me limité asentir. Cogí un paquete de mis galletas favoritas y me dirigí a mi habitación para hacer los  pocos deberes que me habían mandado en clase, ya que más tarde había quedado con Anne para tomar algo.

Al terminar me tumbé en la cama con la intención de no hacer absolutamente nada más que navegar por mis redes sociales  mientras espero a que llegue la hora en la que pasar a por mi rubia favorita. De repente me llega una notificación y procedo a abrirla.

"A.Br ha solicitado seguirte"

Intrigada, entro al perfil de "A.Br", aunque obviamente me hago a la idea de quien es. Idiota tampoco soy. Tiene la cuenta pública, así que cotilleo un poco sus fotos. No hay muchas, pero realmente son bastante artísticas y bonitas. Todas tienen cierto aire grunge, cosa que por otro lado me esperaba de él. Me detengo especialmente en una en particular. Está sentado en algo así como un banco al lado de un mirador. Se ve toda la ciudad. El cielo está de diversos colores, aunque su  cara no refleja demasiado la belleza del ambiente. Está mirando a un lado, como perdido. Deja ver su perfecta mandíbula y los puntitos desperdigados por sus mejillas se notan presentes. En el pie de foto se lee la frase "Los que no cambian nunca de opinión deben cerciorarse bien antes de juzgar." Orgullo y prejuicio. Parece que el señor sólo-visto-de-negro tiene nuevo libro favorito. La foto es de ayer. Le doy un pequeño vistazo a alguna otra publicacióny finalmente le doy al botón de "seguir". 

- Mierda, voy tarde.- susurré para mi misma. Tan pronto como me puse la chaqueta salí por la puerta de casa en dirección a la de Anne, que se encontraba a no más de dos calles de allí. Me extrañó que no hubiera ninguna llamada suya en mi teléfono, pues realmente llegaría unos 10 minutos más tarde de lo que habíamos acordado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 27, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

None of usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora