Christopher le dió un trago a la cerveza fría que tenía en la mano, mientras se encontraba con su espalda apoyada en la pared, teniendo su mirada fija solo en Gyuri. Miraba a la chica de manera intensa, casi tan intensa como la batalla que estaba teniendo en su cabeza. Había furia hirviendo dentro de Christopher, al ver aquel vestido negro que él tan bien conocía...
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—¡Por favor, sal ya, quiero ver cómo te queda! —se quejó Christopher.
—¡No! —negó Gyuri viendo so su reflejo en el espejo y sabiendo a la perfección que ese vestido sería la perdición del rubio. Sus ojos no paraban de destellar al verselo puesto, quería guardarlo para una ocasión especial...
—Esta bien, si tú no sales, seré yo quien entre y... —Christopher se levantó de la silla dispuesto a abrir la puerta del probador de Gyuri, aunque ella lo interrumpió haciendo parar sus acciones.
—¡Christopher Bang, te atreves a hacer eso y estás acabando! —solo se pudo escuchar un suspiro de su parte y el ruido que hizo al volver a sentarse en la silla.
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Christopher se bebió la poca cerveza que le quedaba antes de dirigirse hacia la cocina para coger más. Aunque su mejor amigo, Kim Woojin lo interrumpió, ofreciéndole un ron con cola.
—¡Deja la cerveza, es hora de tomar algo mejor! —dijo animado Woojin entregándole un vaso lleno de ron con cola a su amigo.
—Tienes toda la razón, es hora de algo mejor... —sin dudarlo un segundo Christopher cogió el vaso que le ofrecía su amigo y dejó el vaso vacío por algún lugar remoto de aquel piso, para luego volver a donde estaba antes.
Su mirada se dirigió de nuevo hacia Gyuri, la cuál se encontraba hablando animadamente con Lee Minho.
La mirada de Christopher seguía todos los movimientos de la chica, desde las pequeñas risas y miradas sensuales que le dedicaba al pelinegro hasta las caricias que le hacía por el brazo al mismo.
El cuerpo del rubio estaba tenso, sabía de sobra las cosas que hacía Park Gyuri. Todas aquellas acciones de Lee Minho estaba recibiendo, eran falsas.
Pero parecía que él era el único que notaba las acciones de la chica, de cómo jugaba con todos esos chicos.
Christopher sabía que todo esos movimientos y esos roces, eran exclusivos para él.
La mano de Lee Minho, viajó desde el hombro de Gyuri hasta su cintura, luego de eso se inclinó susurrandole alguna tontería de borracho a la chica. Christopher podía ver la cara de disgusto de Gyuri y eso hizo que su cara se adornara con una sonrisa ladina. Sabía que ahora mismo la chica estaba recibiendo las consecuencias que ella misma había buscado.
Gyuri giró completamente su cuerpo hacia donde se encontraba Christopher, dejándole al chico la vista perfecta tanto de su dulce cara como del pegado vestido color negro.
Sin duda el mundo de Christopher Bang se acababa de paralizar.
El vestido negro se pegaba a la perfección a todas sus curvas, esté era bastante corto acabando justo un poco después de su trasero. Aunque el detalle que más loco volvía a Christopher era el escote, dejaba a una vista perfecta de los hombros de la chica. El rubio examinaba cada parte del cuerpo de Gyuri, mientras tragaba con dificultad. Recordaba a la perfección el tacto de la piel de la chica, tan suave y como se extremecía ante su roce...
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—¡Venga, ya estamos en casa, ahora ya me lo puedes enseñar!
—No, Chris, déjalo pasar — Christopher se levantó de la cama que compartía con la chica y se acercó a ella, dejando sus manos en las caderas de Gyuri.
—Solo una vez, bebé, solo por unos segundos... —su voz era profunda, mientras miraba fijamente las facciones de la chica. Gyuri se cruzó de brazos mientras negaba con la cabeza. Aunque este movimiento empeoró la situación para Christopher, los pechos de la chica se habían elevado al haber puesto debajo de ellos los brazos y aquel top blanco que llevaba puesto no solucionaba nada. Sin dudarlo un segundo Christopher hundió su cara en el cuello de Gyuri, absorbiendo y besando la zona levemente. Gyuri dejó escapar varios suspiros mientras movía sus manos hacia el cuello de Christopher, acariciando su pelo.
Poco a poco ambos jóvenes se movían lentamente hacia la cama, mientras juntaban sus labios en un profundo besos y se iban quitando prendas de ropa.
Christopher estaba encima de Gyuri, haciendo fuerza para no dejar caer todo su peso. La chica admiró el cuerpo bien formado del rubio mientras lo acariciaba con cariño. Con rapidez Christopher agarró ambas muñecas de la chica y las pegó a las sábanas mientras negaba.
—Si tú me niegas verte el vestido, yo niego que me toques —y después de decir eso volvió a besar apasionadamente a la chica dejando que su lengua se introdujera y explorara toda la boca de Gyuri.
Y cuanto más pasaba en tiempo, más roces había trayendo consigo más suspiros...
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Las memorias que ocupaban la mente del rubio lo dejaron con un gusto amargo. Con intención de eliminar esos sentimientos Christopher decidió darle un gran sorbo a su bebida, mientras veía como aquel chico hacía las acciones que un día fueron suyas...
