attention；bang chan.

someone new˖☆

Los pies del rubio caminaron solos hacia la puerta principal mientras sus ojos seguían fijos en aquella habitación, tratando de encontrar una silueta, la silueta de Gyuri.
Mientras miraba los diferentes botones con nombres a su lado, su vista comenzó a nublarse cada vez más, como si estuviera en un barco, mareado por el vaivén de las olas. 
Se dejó caer por completo y rápidamente apoyó la mano en la puerta. Su cabeza cayó hacia adelante, dejando que los mechones  rubios de su cabello cayeran sobre su rostro mientras miraba al suelo.

Cuando finalmente sintió que estaba lo suficientemente estable, caminó hacia la hierba junto a él, mirando hacia aquella ventana una vez más.

No sabía por qué, pero le parecía una buena idea agarrar los palos más cercanos y tirarlos contra la ventana. Al principio, su coordinación le falló, pero a cada palo que lanzaba mejor puntería tenía. No mucho tiempo después estaba a punto de quedarse sin palos y estaba a punto de darse por vencido y simplemente sentarse en la hierba. Pero luego vio que se movía una sombra y cuando entrecerró los ojos, pudo jurar que vio otra silueta allí. Cuando realmente vio allí parada a Gyuri, con una expresión confusa, o puede que un poco molesta.

A Christopher, Gyuri le parecía tan hermosa en todo lo que hacía, no le importaba si usaba ropa ajustada y reveladora o unos vaqueros con una camiseta. 
Ahora solo le golpeó cuán enamorado estaba de toda la existencia de Gyuri.
Christopher pasó de pensar que la existencia de Gyuri no le importaba, a pensar que simplemente extrañaba su cuerpo hasta darse cuenta de que le faltaba algo más en su interior. 

Y ahora, con el alcohol finalmente dejándolo sentir la verdad sin ningún orgullo o ego bloqueándolo, sintió lo roto que realmente estaba. Sintió lo increíblemente vulnerable que era. 
Christopher estaba seguro de haber visto a otra persona junto a Gyuri,  pero todo esos pensamientos abandonaron su mente una vez que la chica abrió la ventana.

—¿Chris? — dijo confundida y cansada, aunque ese había sido su estado de ánimo durante todo el día. 

—Hola, Gyuri — Christopher lo dijo tan casualmente como si no apareciera en medio de la noche, arrojando cosas contra la  ventana de la chica, situación parecida a esas películas cliché sobre romance. 

—¿Qué estás haciendo aquí?

El rubio no sabía cómo responder.  Sabía que tenía una razón, sabía que había un propósito para él estar aquí, pero no podía identificarlo y mucho menos ponerlo en palabras. 
Su mano pasó por su cabello, un hábito suyo.
Respiró hondo y suspiró. 

—¿Puedo... subir?— Gyuri se mordió el labio y echó un vistazo rápido por encima de su  hombro antes de volver su atención hacía Christopher.

—Por supuesto.