Prólogo

43 5 0
                                    

Me llamó Lissa, tengo 21 años y pues tengo cáncer.

Fui al hospital porque tenía un dolor muy grande en el estómago y estaba tan hinchado que parecía que tenía una pelota pegada al abdomen, no es que antes de ésto fuera una mujer súper esbelta, pero tampoco parecía un globo terráqueo.

****
Mi familia llegó a pensar que era mi mala alimentación, mi mamá decía que era por no desayunar antes de salir de casa o por no comer saludable en la Universidad, mis tías decían que por el estrés y mis abuelas que porque simplemente comía en exceso.
***
Regresando al tema... Llevaba un mes desde que el dolor había regresado y era constante, hacía años que lo padecía pero nunca había durado tanto tiempo. Al principio del mes tomaba dos pastillas cada ocho horas, luego fueron dos cada seis horas y así hasta llegar a dos pastillas cada veinte minutos. Todos creían que exageraba con el dolor que simplemente era una excusa para no hacer nada y para dormir más cuando estaba en casa. Al llegar al hospital los doctores ni se inmutaron dijeron que no era nada grave que solo necesitaba medicamentos y dieta. Mi madre les exigió que me chocarán, si... Por el asunto del estómago súper hinchado. Varios exámenes médicos después y mil minutos después descubrieron el problema... Un tumor en uno de mis ovarios, el derecho para ser precisos, era tan grande que se estaba abriendo paso entre el resto de mis órganos, los doctores llegaron a la conclusión de que debían operar de emergencia.
-"Es cuestión de vida o muerte, si realizamos más estudios para determinar si es benigno o no corremos riesgo de que su hija muera"-

Pensé que la operación de emergencia era lo peor que iba a ocurrir, pero estaba equivocada. Un mes después recibimos los resultados de patología que le realizaron al tumor que extrajeron.

Querido DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora