⎯ Yaoyorozu, Yaoyorozu.
Una voz familiar susurra mi nombre con delicadeza y siento un remezón suave contra mi brazo.
Tan solo cinco minutos más...
Un leve quejido se me escapa, no quiero despegarme de la sensación de comodidad en mi almohada.
⎯ Yaoyorozu, despierta.
Como una caricia, el gentil tono de quién me está llamando se desliza en mi dormida conciencia y logra que lentamente abra mis ojos.
No soy capaz de enfocar completamente por el sueño, pero una sonrisa relajada hace su camino entre mi cara. Honestamente, estoy tan cómoda y calentita en mis sábanas que no me importa.
Veo a alguien sonreír entre lo borroso de mi entorno.
¿Sonreír? Sí, sonreír.
Qué extraño, ¿Quién entraría a mi habitación para despertarme? Y por alguna razón no siento el peso de las frazadas y...
No estoy en mi cama.
Mi adormilada mente se da cuenta de su propia situación, haciéndome sentir más despierta y abrir bien mis ojos para encontrarme de lleno los de Todoroki, qué me mira muy atentamente y un esbozo de su sonrisa permanece en sus labios.
⎯ Finalmente estás despierta.
Su voz se escucha más fuerte aún si fue dicha en un susurro. Probablemente sea el efecto de volverme consciente de mi entorno, pero de igual manera siento mis mejillas sonrojarse.
Espero no haber babeado, ¡Eso sería tan indecoroso!
⎯ ¡Todo...!
No puede ser, me mordí la lengua.
Más avergonzada que nunca, siento el calor subir completamente hacia mi cara y temo asegurar que me encuentre totalmente roja. Los ojos de él se alumbran y una mano sube hacia su boca como si intentara esconder una gran sonrisa.
La luz del atardecer se filtra por las ventanas y se adapta perfectamente a la calidez que siento en mi pecho cuando me mira de esta forma.
Como si me quisiera.
Como si lo que yo siento por él fuese correspondido.
Su nombre se escapa de mis labios en forma de un susurro avergonzado, de igual manera no puedo despejar mi mirada de la suya.
⎯ Todoroki-san...
La mano que cubría su boca baja hasta apoyarse en mi mesa.
Hasta ahora no me había dado cuenta de que él se había sentado en frente mío, volteado la silla y seguramente me vio dormir hasta que me desperté, ya era bastante tarde y eso explicaría porque somos los únicos en el salón.
Se siente irreal por un segundo. Su voz me interrumpe de mis pensamientos.
⎯ ¿Yaoyorozu?
Por unos momentos, se siente como si fuéramos solo nosotros dos en el mundo. El silencio nos rodea y nos envuelve perfectamente, como si hubiese sido diseñado para llenar este momento y miles de comparaciones me llenan la cabeza mientras simplemente nos miramos hasta que rompo el silencio.
Es triste, pero el tiempo no espera por nadie.
⎯ Deberíamos irnos.
Hablo normalmente y él asiente, nos paramos al mismo tiempo y arreglo mis cosas.
Si hubiésemos seguido ahí, tal vez el tiempo se hubiese extendido y aquellos posibles dos minutos se hubiesen vuelto años mirándonos.
Pero no puedo arriesgarme a eso, no cuando lo que siento no estaba en mis planes y me asusta no saber cómo enfrentarme a ello, a pesar de los miles de libros que leo.
Por un momento imagino que tengo confianza, que le tomo del brazo mientras él me mira confundido y sin más reparo le confieso todo lo que siento, a lo que con una sonrisa me corresponde.
Todo lo que consigo es verlo por un buen rato mientras me lo imagino, el sol alumbrándole la cara cuando Todoroki se gira y me mira fijamente, preguntándome algo con los ojos para luego resignarse y caminar por delante de mí, aumentando sin querer aquél dolor dentro de mi pecho, que me dice que su espalda es demasiado grande, sus pasos demasiado largos y que todavía no puedo alcanzarlo.
Sé que debería de rendirme en cualquier momento.
Pero sus pies se detienen y me esperan.
Sonrío.
Cuando él camina a mi lado de esta forma, no puedo evitar que mi corazón se agrande un poco más ante tan lindo momento.
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Momento | TodoMomo |
Fiksi PenggemarDonde Yaoyorozu se queda dormida y Todoroki la despierta.