En un atardecer, Dib y Zim caminaban agarrados de las manos por el parque.
El alien no tenía idea a donde se dirigían, ya que el terrícola guiaba su camino. Lo que el humano tenía en mente era traer a el extraterrestre a ver el cielo, y mostrarle lo Pacífico que era de noche.
"¡Aquí es!" Exclamó ansioso el de mayor estatura. Pues después de tanto caminar llegaron a su destino, el cual era la cima de una colina. Coloco una manta en el césped y invito a su novio a sentarse.
"Y ¿ahora que? Dib-cosa" Zim estaba cansado de caminar pero no iba a reclamar, ya que por lo menos las estrellas se veían bonitas desde allí, así que se sentó a la par de su pareja y espero indicaciones.
"solo mira el cielo, y espera que la magia suceda"
Los minutos pasaron, pero el tiempo de espera se hacia cada vez mas largo. Hasta que...
" Dib ¿es normal que las estrellas aquí una estrella se mueva muy rapi-"
Lo que al principio parecía una estrella fugaz se multiplicó en millones, cuerpos celestiales rápidos y hermosos. Hacían que cualquiera se sienta afortunado por ver eso.
"Pide un deseo Zim" Miro a su novio con calidez y cariño.
"Mi único deseo es estar aquí contigo"
Dos amantes unidos debajo de una lluvia de estrellas.
Que bonita escena.