Amor de ricos y pobres.

Redención

Alban

Maru ha estado algo distante conmigo, no me habla, no me mira y no quiere saber nada de mi. Creo saber la razón de todo esto y me siento mal por lo que hice, sólo quiero redimirme y volver a escuchar su voz hablarme una vez más... aunque tenga que morir para conseguirlo.

Maru

Sigo molesta con Alban por lo del baile, sé que pudo ser un accidente y ya, pero él no me haría algo como eso... y lo hizo... No creo ser capaz de volverlo a mirar a los ojos.

Estaba en clase de gimnasia, salí y advertí que por quedarme conversando me había atrasado, así que cuando llegué a los vestidores estaba sola.

Siento interrumpirte aquí... - escuché, me incorporé y noté que Alban estaba ahí. 

Maru: C-cuanto tiempo llevas Ahí!!? Qué haces en el vestidor de chicas!!!? Pregunté sonrojada y avergonzada

Alban: Maru... Yo quiero pedirte perdón, si algo hice mal te pido perdón, y que me digas qué pasó. 

Maru: Y-yo... No sabía si decirle o no, no tenía idea de por qué me lo preguntaba, pero noté que se había hecho una idea

Los dos se quedaron callados frente a frente por largos segundos, él esperaba una respuesta y ella esperaba un impulso que jamás llegó. 

Alban: Veo que no quieres decirme... Comprendo, será mejor que me vaya... Cabizbajo y algo triste me dispuse a dar la vuelta

Maru: No sé qué pasó, solo sé que antes de que Alban me diera la espalda grité ¡¡¡¡NO TE HAGAS EL IDIOTA!!!! 

Alban: No alcancé a darme la vuelta y noté que Maru lloraba, supuse que mis sospechas eran ciertas 

Maru: ¡¡¡Te vi besando a aquella chica y lo estabas disfrutando!!! No podía parar de llorar

Alban: Me quedé intrigado, sospechaba que era eso, pero ¿por qué me trataba como un enemigo por eso? Lamento que hayas visto eso, pero traté de quitarmela de encima. Más importante ¿Por qué te preocupa tant-?

Maru: ¡¡¡PORQUE TE AMO!!!

El silencio inundó la pequeña habitación, lo único que se podía escuchar era el llanto de Maru. La expresión en la cara de Alban mostraba alegría, pero en su mayoría una pena y culpa tremendas. El chico solo atinó a poner su mano en su pecho, como si le doliera el alma o algo así.   

Maru: Sabía que tenia dos opciones, me quedaba y esperaba su disculpa o salía de ahí y trataba de evitar a Alban el resto del semestre. Terminé por decidir una tercera opción, tomar el destino en mis manos, así que me lancé sobre él y lo besé. Sentí cómo las penas y los pesares se desvanecían dentro de mi, pesares que ni sabía que ahí estaban.