Cap. 2 Javier

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Narra Javier:

-Eeeeh, en serio este es tu último día en el colegio!?-Me dice Oliver, un tanto sorprendido.

-Pues si, jeje-Lo digo rascando mi nuca-pero tranquilo, no es como si nunca más fuéramos a hablar o algo así!!

-Pues tienes razón, jajajaja-

Me llamo Javier, hoy es el último día que paso en este colegio, me voy de la ciudad, dejaré a mis amigos aquí. Se que debería estar triste, pero no es así, le sonrío al destino y él me sonríe a mi, veo éste cambio como una posibilidad de empezar de nuevo, con nuevas oportunidades! 

Una de las pasiones que tengo es tocar el piano, llevo mas de 8 años siendo autodidacta y ahora voy por algo aún mas grande: El colegio donde voy, tiene un taller para piano, donde enseñan tanto teoría como aplicación, es emocionante poder encontrarme con personas que les guste lo mismo que a mi, pues en este colegio casi nadie sabe, y los que saben, saben lo básico.

-Hoy, después de clases, vamos a ir al karaoke, por el último día de Javier en el colegio!- Dijo Droy, a lo que los demás asintieron -Iremos con las chicas también, les parece?-

-Claro que si! -Dije, después de todo, iba a ser divertido!.

Las clases pasaron muy rápido pensando en la idea del karaoke y cuando al fin llegó la tarde, la tan esperada salida de clases, un gran grupo de amigos nos dirigimos al karaoke más cercano. En el camino conversamos de todo, y cuando llegamos, tomamos lugar en la mesa más grande que había disponible, éramos muchos! 

Pasamos un buen rato allí, cada uno cantó una o dos canciones, comimos, reímos, bailamos y volvimos a comer. Me encanta pasar este rato con mis amigos, sabiendo que es la última vez que los veré, tal vez en mucho tiempo.

Como toda diversión comienza, debe acabar, y cuando ya ninguno de nosotros tuvo dinero para seguir disfrutando, nos fuimos cada uno para su respectivo hogar. Al llegar, mis padres me estaban esperando felices, los saludé y fuí a mi habitación a ordenar cosas que debo llevar. Nos vamos mañana al atardecer. Como nunca he sido bueno ordenando, me cansé en menos tiempo del que esperaba y me tiré a la cama a pensar. Sin darme cuenta me quedé dormido, tuve un sueño bastante raro...

Estaba tocando piano, en un espacio completamente blanco, solo yo. De repende escuché un canto, uno hermoso, y me ajusté a su melodía, parecía como si aquella voz existiera exclusivamente para mi acompañamiento. Luego, en el espacio blanco, se formó un círculo negro, donde vi a una chica, ella era la cantante. No pude ver su cara pues la imagen era borrosa, pero si pude sentir su tristeza y desesperación al cantar. Toqué mas fuerte para que me escuchara, ella se percató de mi melodía y ahora corre hacia mi... El círculo se empieza a trizar y se rompe, con una pequeña explosión. Todo ese tiempo, yo no dejé de tocar. Al ver de nuevo en dirección donde estaba el círculo, ahora vi la silueta de la chica, se empezaba a desvanecer y yo simplemente no podía pararla, hasta que, cuando estaba a punto de desaparecer completamente, yo hice el intento de gritarle para que se quedara. Estaba a punto de hacerlo cuando...

-Javier por dios, adivino, trataste de ordenar y sólo causaste mas desorden verdad?- Escuché la voz de mi padre.

-Cariño, déjalo, acaso quieres que te recuerde como eras tú?-Dice mi madre con tono burlesco.

-No, por favor, en frente de Javier no! -Ruega mi padre.

Mi madre y yo nos miramos para luego explotar en risas, realmente somos una familia muy unida, los amo a ellos igual que al piano. 

Siento nostalgia de no tener que hacer las tareas para el día siguiente, pero aún así, la nostalgia rápidamente se reemplaza por felicidad y pregunto con hambre -Que hay para cenar?- mis padres solo me miran y sonríen.

Luego de una cena perfecta, y una ardua práctica de piano, por fin puedo acostarme y disponerme a dormir. Aun que, por alguna razón, no puedo dejar de pensar en la chica de mi sueño... Es como si gritara que la ayudaran a través del canto, como que quiere dar a conocer su dolor de esa forma... Si ella en verdad existiera, yo la ayudaría, le enseñaría lo bello de la vida y acompañaría su canto, siempre. Pero que tonterías estoy diciendo, los sueños, son solo eso, sueños.

La hora avanza y me quedo dormido. Desperté al día siguiente, conciente de todo el esfuerzo que deberé hacer para terminar de ordenar de aquí al atardecer. Tapo mi cara con la almohada, cansado de solo pensarlo... Me levanto, me visto, desayuno y comienzan las tareas de ordenar. El tiempo se pasó tan rápido, que cuando me di cuenta ya era la hora de almorzar. Comimos algo ligero, pues la mayoría de los utencilios de cocina estaban todos guardados y volvimos al trabajo. También dejamos limpia la casa, se vería mal que nos fuéramos así sin mas. Al atardecer, ya estábamos con nuestras cosas dispuestas. Al otro día inmediatamente iría a mi nuevo colegio, ya estaba asignado a un curso y todo lo demás, la ciudad tampoco estaba tan lejos, así que llegaría a buena hora para alcanzar a dormir y ordenar mis cuadernos y demás para el día siguiente.

El viaje fue mas extenuante de lo que pensé, me aburrí más de la mitad del viaje y comimos, como cena, algo de comida que vendían en una tienda de paso en el viaje. Fuera de eso, todo marchó sin problemas. Al llegar a nuestro nuevo hogar, lo único que fui capaz de hacer fue arreglar una bolsa de dormir y caí rendido al sueño. Mañana será un gran día.

Okaay ya está la segunda parte! La inspiración no para de llegar y es confuso T-T pero bueno, ojalá les guste, comenten y voten si gustan, ayúdenme a que estas historias tengan vida, gracias! Nos leemos la próxima.

Atte. Cata.

Pianista y CantanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora