ISABELLE

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Me despierto dolorida, como todas las mañanas, apago el despertador y después de desperezarme voy a ducharme, maquillo mis moraduras y luego me cambio de ropa y voy a desayunar, vuelvo a ir a la habitación después de tomar mi desayuno, agarro el material para las clases y salgo camino al instituto, cuando llego me encuentro con Tamara y Nerea, mis amigas – Hola – las saludo mientras nos abrazamos, ella me devuelven el saludo, seguimos hablando durante un rato cuando ya estamos dentro del aula, hasta que llega el profesor y comienza la clase.

Al acabar la clase voy a hablar con Lucas, un buen amigo mío, al que no saludé porque como siempre llegó tarde – Hola rubio – le saludo divertida – Hola morena – responde el, seguimos hablando sobre el verano, y miento sobre lo que he hecho durante este, pues la verdad no ha sido nada agradable; sinceramente, odio tener que hacer esto, se supone que los amigos están ahí para apoyarte y ayudarte en todo lo que necesitas, pero me cuesta confiar en las personas, incluso en aquellas que me han demostrado que van a estar siempre conmigo, así que sigo callándome, sigo sin pedir una ayuda que se que necesito y sigo dejando que el abuse de mi a su antojo mientras rezo porque llegue el día en que todo se acabe y pueda salir de este infierno al fin.

Suena el timbre que anuncia el inicio de la siguiente materia y la profesora entra por la puerta, rápidamente voy a sentarme a mi sitio y ella comienza a explicar, la verdad la materia se hace eterna, y muy pero que muy aburrida, sinceramente no entiendo porque nos explican tantas cosas, hay algunas que seguramente no volveremos a utilizar después de salir de esta cárcel para niños y adolescentes, la verdad para mi la escuela solo es una perdida de tiempo, pero claro los padres tienen que tener recluidos a sus hijos en alguna parte, así que supongo que para eso inventaron las escuelas, como ya no era legal hacer trabajar a los niños ni a los adolescentes hasta los 18 años, y no los podían dejar en casa, pues algo se tenía que hacer, en fin – Señorita Isabelle baje de las nubes y preste atención a la clase – dice la profesora sacándome de mis pensamientos, yo asiento y ella sigue explicando, cuando por fin acaba la clase vamos al patio, cuando este acaba voy hacía el pabellón pues tocan dos horas de educación física.

Cuando terminan las clases voy a casa, preparo la comida, y me siento a tomarla mientras miro el televisor, luego preparo las maletas para ir a Panticosa, en cuanto mi padre se despierta de la siesta salimos; llegamos tarde, ya que hay atasco, al llegar mi padre se va a casa de su amigo Pablo, yo descargo las maletas, y guardo todo en su sitio, cuando acabo me siento en el sofá a ver la tele, y al cabo de dos horas llega mi padre – Desnúdate – me ordena tajante en cuanto me ve

- No por favor – suplico, pero el hace oídos sordos, se acerca y me pega una bofetada – Te he dicho que te desnudes – dice con rabia, decido hacer lo que me manda a regañadientes, cuando estoy completamente desnuda, comienza a tocarme, me empuja contra el sofá y me penetra – Gime – ordena secamente, yo obedezco sin presentar objeciones, pues se que es lo mejor que puedo hacer, el sigue con lo suyo hasta que se corre, sale de mi y va a por la cámara, me hace fotos desnuda, luego me pega por haberme quejado y se va a la habitación dejándome tirada en el suelo llorando, con la espalda, los brazos y las piernas llenas de sangre por los golpes del cinturón. Me quedo en el suelo hasta que el dolor cesa un poco, voy a mi habitación en silencio, me pongo el pijama, me tumbo en la cama y caigo en los brazos de Morfeo.

Enamorado de mi hermanastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora