LIBRE

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Me desvelo a las cinco de la mañana, voy a la cocina en silencio, pongo la mesa y el lavavajillas, recojo el salón, y luego desayuno, cuando acabo me cambio de ropa y salgo de casa para ir a ver a Juan, mi mejor amigo, él es dos años mayor que yo, y nos conocemos desde parvularios, es como un hermano para mí, solo él sabe lo que me hace mi padre; y si por el fuera habría matado a mi padre hace tiempo, pero no lo hace, porque sabe que sino me quedaría sola, y siempre dice que no se lo perdonaría, sinceramente si no fuera por él, creo que llevaría esta situación mucho peor. Llego a su casa y llamo al timbre, cuando el abre la puerta veo que esta aún en pijama, y su aspecto es informal y adormilado - ¿Te he despertado? - le pregunto mientras sonrío por su apariencia - Si, pero no pasa nada - responde el mientras se rasca la nuca y bosteza, entramos dentro de su apartamento y nos sentamos en el sofá - Has venido por lo de siempre ¿no? - pregunta serio, yo asiento mientras bajo la mirada, no me gusta ver la cara que pone cada vez que voy y le cuento lo que me ha hecho, sus ojos están tan llenos de rabia, que da miedo mirarlo, porque parece que vayan a asesinarte en cuanto los mires. - Tienes que pararle los pies - dice serio, mientras aprieta su puño contra la palma de su mano - Lo sé, pero no puedo, él es más fuerte que yo - digo mientras aparto la mirada a otro lado - Acabará matándote - me dice - Me abre ido antes de que eso pueda pasar - digo tajante indicando que quiero acabar la conversación - Bueno pequeña, quítate la ropa para que pueda hacerte las fotos - dice con el tono cariñoso que siempre utiliza conmigo, hago lo que el me dice, y cuando estoy completamente desnuda, el se acerca a ver las heridas y moraduras que llevo por todo el cuerpo, veo como sus ojos se aguan, el rápidamente se da la vuelta para que no le vea llorar, se queda unos minutos de espaldas a mí, luego me hace las fotos.

- Oye, ¿te gustaría pasar el día conmigo? - me pregunta tímidamente cuando acaba de hacerme las fotos - Sabes que no puedo - digo - Lo sé, pero necesitas descansar un poco, además hace mucho que no te veo y tengo ganas de estar contigo - dice él, mientras se sonroja un poco, pues al igual que a mi le cuesta mucho expresar sus sentimientos - Esta bien, me quedare - digo, el me abraza con fuerza y me levanta en el aire de la alegría, yo hago una mueca de dolor, y el me deja en el suelo, pues sabe que me lastiman las heridas - ¿Puedo darme una ducha? - le pregunto - Eso no tienes ni que preguntarlo, ya sabes que en mi casa eres libre de hacer lo que quieras - dice él mientras me revuelve el pelo.

Voy al baño y abro el grifo de la bañera, espero a que se llene y me sumerjo en el agua, al rato entra Juan, y me deja ropa para que me cambié después de salir, antes de que salga del baño le pido que se quede a hacerme compañía, así que deja la ropa en el bidé y se sienta en el váter, no hay cortina así que no tengo intimidad, pero la verdad no es algo que me preocupe, pues el me ha visto desnuda muchas veces, noto que me esta mirando fijamente a los ojos, y en su mirada hay un brillo especial que no consigo descifrar, me quedo unos minutos en el agua y luego salgo, el agarra la manta y me envuelve, igual que hacía cuando éramos niños, yo sonrío y el me abraza por la espalda, pues sabe que me encanta cuando hace eso, me trae muy buenos recuerdos, me pongo la polera y los pantalones que me ha traído y vamos a sentarnos al sofá para ver la tele un rato - ¿Qué programa quieres ver? - pregunta - Caso Abierto - digo, el pone el programa, y nos acomodamos, yo me estiro apoyando mi cabeza en su regazo, y el saca un poco el sofá y también estira las piernas - Issy - me llama al cabo de un buen rato, yo alzo la mirada

- ¿Qué pasa? - pregunto

- Quiero decirte una cosa muy importante - dice, y por su semblante serio me percato de que para él es algo importante

- Dime, estoy aquí para escucharte - le digo, y veo que el comienza a sonrojarse

- Yo...esto...bueno, haber...es que...estoy enamorado de ti - suelta de golpe, esta rojo como un tomate, pero en su mirada puedo ver que se ha quitado un peso de encima, pues se le ve más relajado, yo me quedo callada durante unos instantes mientras lo miro fijamente, yo sabía desde hace mucho tiempo lo que el sentía por mí, pero dudo en si decírselo o no, al final decido contárselo - ¿Y como lo descubriste? - pregunta impresionado. - Fácil, hasta un ciego lo vería, cada vez que me miras tus ojos toman un brillo especial, uno que solo se tiene cuando se esta enamorado, y que la otra persona aún sabiendo que significa no lo puede descifrar - digo, esta vez es él el que no articula palabra alguna, tan solo se acerca a mis labios y me besa con ternura, pasamos un rato así hasta que nos falta el aire, él me acaricia la mejilla de la forma más delicada posible, como si fuera un cristal muy fino que en cualquier momento se puede romper - Te quiero más que a nada en este mundo, no me faltes nunca bichito -

Pasamos el día tumbados en el sofá, y después de unos cuantos capítulos de la serie nos acabamos quedando dormidos, cuando comienza a anochecer decido que es hora de volver a casa, así que me despido de Juan y me voy, llego a casa y cuando llego veo que mi padre esta esperándome con el cinturón en la mano derecha, y la navaja en la izquierda - Entra - me ordena tajante, yo retrocedo lentamente pues estoy muy asustada y no soy capaz de articular palabra alguna - ¡He dicho que entres! - grita, y yo me agazapo, el me agarra del brazo con brusquedad al ver que no me muevo y me hace un corte en el abdomen, en ese momento reacciono, me zafo de fu agarre y salgo corriendo ignorando los fuertes pinchazos que provienen del corte, llego a casa de unos vecinos y comienzo a aporrear la puerta hasta que abre la puerta una bella mujer de unos treinta años, rubia y de ojos azules y mirada amable - Necesito que me deje entrar por favor, mi vida corre peligro - suplico, la mujer parece paralizada - Isabelle ven aquí ahora mismo, te mataré en cuanto te pille, como te atreves a irte pedazo de zorra - dice mientras se acerca hacía nosotras, la mujer reacciona y me mete en casa antes de que mi padre pueda alcanzarnos. Cuando estoy dentro la mujer se me queda viendo preocupada, intento darle una explicación, pero no tengo tiempo ya que me desplomo, pues he perdido mucha sangre.

Enamorado de mi hermanastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora