La Perra Y El Nerd || Park Jimin • Lemon •

Por favor, vete...

Podía escuchar la voz difusa de mamá, los gritos y llantos de mis dos hermanos menores y el ardiente dolor en mi rostro. 

—Mamá...— creí murmurar mientras la veía llorando desesperadamente en un rincón, sujetando mi teléfono con ambas manos. 

¿Qué es lo que había ocurrido...?

Recuerdo haber entrado a la casa y encontrarme a mamá dándole de comer a los niños, lo primero que me pregunto fue que si Frank me había hecho algo y después el lugar en donde me estaba quedando, mencionandole a Jimin y su maravillosa casa, las clases de matemáticas y su asombrosa piscina. 

—Mamá...— gemí entre lagrimas, sintiendo como el dolor se esparcía por todo mi rostro. 

Frank había llegado de la nada, golpeando la puerta principal y con una botella en mano, explotando en cólera al encontrarse con mi mirada. Se había abalanzado sobre mi a puño cerrado, tirando al suelo con el primer golpe.

—Mamá— la llame por tercera vez, la observe acercarse hacía mi, pasando uno de mis brazos por sus hombros para ayudarme a ponerme de pie. 

—Lo lamento— murmuraba mientras caminábamos con torpeza por las calles del vecindario.

—¿Mamá?— volví a susurrar, girando el rostro para poder verla, tragándome el dolor que aquello me provocaba. 

—Le he llamado, vendrá por ti— se apresuró a decir, mientras soltaba mi brazo y me recargaba en la pared del local abandonado al que habíamos llegado. La he mirado con el rostro bañado en lagrimas. —Sook, no vuelvas a casa... te lo pido, no te vuelvas a acercar— habló, tomando mis manos para que sostuviera mi teléfono. 

Me he apresurado a negarle con la cabeza —No te vayas— le pedí, intentando sujetar sus manos pero aquello parecía imposible, no tenía las fuerzas suficientes. 

—Lo lamento, Sook— dijo por ultimo, apresurándose a dar media vuelta y comenzar a alejarse. 

He cerrado los ojos por un momento, dejando escapar aquellas lagrimas que ardían en mis ojos, aunque fue en vano, pues si no ardían en esto lo harían en las demás heridas. 

Todo estaba jodido, ¿No?

—Lo está...— murmure con dificultad, dejándome caer hasta estar sentada en el suelo. 

—¡Sook!— escuche mi nombre al poco rato, alce el rostro con algo de dificultad, encontrándome a Jimin con el rostro lleno de preocupación. No debí de hablar con mi madre de él...

Me he obligado a ponerme de pie lo más rápido posible intentando alejarme del pelinegro. 

—Sook— me volvió a llamar una vez que me alcanzo. Le he negado con la cabeza —Por favor, vete...— le rogué.