Gemidos por megafonía (HopeV)

Capítulo 4: ¿Quieres escuchar tu voz desesperada?

Giré todo su cuerpo para que quedara reposada de espaldas en la mesa. Al prever su giro, se escondió con sus brazos. 

— Eres tonto —reí dulce por sus tonterías—. Eres muy bonito Kim Taehyung.

Dejé suavemente un beso en sus brazos que escondían sus ojos, para comenzar a bajar y dejar un recorrido de besos: bajando por el puente de la nariz, deteniéndome en los lindos labios del pelirrojo y continuar por su linda manzana de Adán.

El chico se removió nervioso en la mesa, aún sin separar sus brazos de allí. Alcé de nuevo mi cabeza, para ahora admirar la hermosa estatua humana de arte que tenía delante de mis ojos:

Su cuerpo respiraba agitadamente, sus piernas no estaban para nada abiertas, como si quisiera esconderse. Su miembro erecto reclamaba ser tocado, con algunas cuantas gotas de pre-semen que salían de su interior. Sus abucheados labios permanecían abiertos, sacando todo el aire de su cuerpo. 

Sonreí ladinamente y lamí lentamente el labio inferior, para bajar de nuevo la cabeza y comenzar a juguetear con los pezones del chico. Este apartó asombrado los brazos, para ahora soltar un gemido y aterrizar sus uñas en mi cabeza.

—Hoseoki...

— ¿Mmh? —lamí lentamente el pezón derecho mientras que con mi mano intentaba separar sus piernas, para colocarme entre ellas.

—Ah-Hoseoki...—el chico deliraba ante mis tocamientos.

— Eres hermoso — al separarme mordí un poco su pezón que estos ya estaban más que endurecidos—. ¿Estás preparado de nuevo?

Asintió vergonzoso lamiendo bastantes veces sus labios. Su rostro rojo como un tomate y sudado era lo mejor que podía ver en esos instantes. Intenté dar estocadas con mi falo, para hacerlo desesperar un poco.

— ¡Jung...!

—Dime... — Taehyung tenía la carita de cachorrito más hermosa que había visto. Yo solo me reía burlonamente—. ... ¿Quieres escuchar tu voz desesperada por mi polla, Taehyung? —acerqué mi dedo índice a uno de los botones que había por allí y apreté.

—Jung por favor métemela —el chico se acalló sus labios cuando su voz resonó muy fuerte por los altavoces—. ¡Ah! —gimió al entrar de golpe dentro de ese pequeño ano travieso.

— Cómo quieras — eso era un golpe bajo para mí.

Escuchar la voz del chico por la megafonía del colegio me estaba matando literalmente. Era lo más excitante que había hecho en mi vida. Seríamos delatados, pero poco me importaba.

«De aquí unos días se acabaría todo ¿no? Que más daba».

Quité de nuevo mi dedo, aún no quería que viniesen los profesores tan rápido.

—¿Qu-qué has hecho? Porqué mi voz se escucha tant...—lo silencié con un beso sucio y comencé a mover rápidamente mi pelvis al ver como su cuerpo se balanceaba a mis movimientos.

Cómo su boca no dejaba de abriste cada vez más rápido en el beso, sin poder acallar sus gemidos escapados del propio placer.

— No te gusta... —alejé todo mi miembro y volví a dar una fuerte estocada, haciendo maldecir al menor—. ¿... escuchar c-claramente tus gemidos?

— Uhn...s-si...— desvió la mirada y sonreí cómplice.

Ese chico era lo más.

— Sabes que media escuela a escuchado tus gemidos ¿verdad? —pase mi húmeda lengua por su oreja—. ¿Eso te excita demasiado no es así Kim?

Miré como su miembro palpitante comenzaba a derramar con más pasión. No le faltaría mucho por correrse.

— Q-quiero e-escucharme más...—pidió sonrojado y con un hilo de voz.