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Mayores 《Hawksilver》

Había pasado más de dos semanas sin saber de ellos, ni una sola llamada, video o mensaje, nada, absolutamente nada. Entre más pasaba el tiempo aumentaba más su preocupación, ¿quién no lo haría? Si la persona de la cual te enamoraste no da rastro de vida.

—Pietro, quita esa cara— Wanda miraba preocupado a su hermano quien todo el día se la pasaba preguntando por los agentes o mejor dicho por él.

—No lo entiendo Wanda, ¿qué les pudo haber pasado para que todavía no tengamos ninguna noticia sobre ellos?— respondió atormentado por sus propias ideas.

—Cuando se trata de SHIELD no hay quien pueda salvarse— interrumpió el propietario de la torre—tranquilo en cualquier momento llegarán, ya sabes como son siempre llegando en el momento menos esperado— trató de animarlo.

En la mente del peli plateado solo podía estar el agente Barton, aquel sujeto que le robó el aliento a primera vista y que se ha anclado a su corazón.

—Agh, ¿por qué tienen que ir a misión súper secretas?—se quejó mientras se alborotaba su propio cabello.

—Es la consecuencia de enamorarse de alguno de ellos— sonrío divertido Stark.

—Espera...¡¿acaso es tan notorio?!—Pietro se sentía avergonzado creía ser bastante discreto.

—Digamos que tu mirada demuestra más que solo un cariño fraternal.

—Opino lo mismo—prosiguió la bruja—aún no entiendo cómo es que no se ha dado cuenta, no es por querer comparar pero hasta Thor lo ha notado.— se quedó pensando Wanda recordando aquel momento donde el Dios preguntó por los sentimientos de su hermano hacia el agente.

—Digamos que el amor no es un fuerte en ellos y principalmente en Barton.—respondió Stark dando por finalizada aquella charla.

Después de aquella conversación en la cocina pasaron algunos días donde Pietro se encontraba en la desolación y con ganas de querer ir por Clint hasta donde se encontrara, no se sentía cómodo estando lejos de él.

—¿Por qué todo está tan callado?.

Esa voz, en toda su vida de Quicksilver había sido tan rápido para dirigirse a la entrada y ver al arquero junto a la viuda negra parados en la sala de su ahora hogar.

—¡Anciano!—gritó entusiasmado y decidió lanzarse hacia él para darle un fuerte abrazo.

—Hola mocoso— respondió al apodo dado por el menor mientras lo sujetaba firmemente.

—Hola Pietro, no te preocupes estoy bien gracias por estar al pendiente de mi— una voz más fina los hizo separarse mínimamente.

—Hola Natsha discúlpame, veo que llegaron muy bien, me alegro tanto— sonrío sinceramente, por fin habían llegado a casa sanos y salvos.

—Oigan, ¡esa parejita se me separa!— gritó el castaño multimillonario, su momento de maldad se hacía presente.

—No empieces Tony, déjalos un momento han pasado mucho tiempo sin verse— y por cada diablo siempre hay un Ángel, a su lado venía el capitán América tratando de controlar a su pareja.

—Oh vaya, por fin han llegado— expresó Loki, tras de él venían los demás vengadores.

—¡Nat!— gritó Wanda mientras se acercaba a la viuda negra.

—Hola pequeña, ya llegó tu correa— bromeó la agente mientras la rodeaba con un brazo.

—Cuidadito con esa mano Romanoff, te estoy vigilando—advirtió Pietro sin soltarse de Clint.