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Flores para mí amor《StarAnt》

La atracción había sido instantánea.

¿Habían escuchado sobre el "amor a primera vista"?

Era ridículo y cliché pero todo cambia cuando esa primera vista es por primera alergia.

La reacción de su cuerpo, principalmente su rostro al polen, era terrible. Los ojos se le hinchaban hasta dejar una fina separación entre sus párpados. Las mejillas se coloreaban de un rojo irritado al igual que las aletas de su naríz.

Era un asco.

Por desgracia, su alergia era tan fuerte contra su sistema que no era capaz de controlarlo con medicamentos hasta que tomará una inyección tras pasar unos minutos desde que daba inicio la reacción del polen.

Muy mala suerte para poner sus ojos en un florista.

Cada día, después de una larga jornada en la empresa donde trabaja cómo redactor de artículos. Su camino para tomar el tren de la ciudad, era casi una obligación tener que transitar una calle en específico con bastante colores.

Un local lleno de flora era lo más notable de esa calle, una inmensa cantidad de flores de todas las categorías se exponían al igual que en el interior.

Dos hombres eran los trabajadores, se rumoraba que eran encantadores y que sus formas de arreglar los ramos eran únicas.

Sentía una gran frustración por no poder acercarse a la belleza natural que brinda el mundo. Gracias a su problema, jamás pudo regalar rosas o girasoles a sus familiares o parejas. Un detalle tan pequeño que podía ser recordado por siempre.

Era un romántico emperdenido al igual que tonto y despistado.

Prefería las flores antes que un peluche.

—¿De nuevo en las nubes?—bromeó su amigo y jefe Anthony.—Esa cara de enamorado es extraña viniendo de ti, ¿quién te hizo ese amarre?

—Muy gracioso Stark, así estarás cuándo por fin alguien te haga sentar cabeza. —dijo Peter bebiendo de su taza de café. — Lo disfrutaré.

El castaño se acomodó a un lado cruzando los brazos con indignación.

—¿Es por aquel florista?

Quill suspiró resignado, sabía que no podía mentir a su buen amigo y confidente. Asintió sin intención de esperar alguna respuesta.

—Lo sabía, no te preocupes. Tienes al mejor genio, millonario, playboy, filántropo a tu disposición. Agradece que tengo espacio libre en mi agenda y las mujeres están un poco retiradas de mi vida. —confesó dramatizando sus últimas palabras.

—¿Tú? ¿Sin alguna mujer buscando tu encantadora presencia por las noches? — rio con cinismo limpiando sus labios con una servilleta. — ¿Estás a dieta o tienes una penitencia que cumplir?

Tony frunció el ceño ofendido.

—Nada de eso, Gordis. Simplemente no siento lo mismo. Creo que tienes razón y debo pensar en buscar una pareja oficialmente.

Quill sintió que el café ingerido hace unos segundos parecía atorarse en su garganta. Miró con sorpresa al castaño.

—Es una broma de pésimo gusto.

—Si fuera broma ya estaría respondiendo las llamadas que entran en mi celular. —dijo señalando su propio celular. —Tendre que cambiar de número.

—Mejor cambia de vida, te será más fácil.

—Sigue con esos comentarios y no te ayudaré con tu chico.